Nieves Sebastián Madrid | viernes, 30 de noviembre de 2018 h |

Durante jornada ‘Hacia un sistema sanitario basado en la creación de valor’, organizada por la Fundación Roche la semana pasada en Madrid, Miguel Ángel Salinero Fort, subdirector general de Investigación Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, expuso que la meta de la medicina de precisión es llegar a tratar cada paciente como un caso individual.

Varios expertos en Sanidad y miembros de la administración debatieron acerca de los diferentes retos en la transformación del sistema y de los desafíos que plantea la medicina de precisión.

Uno de estos retos lo puso sobre la mesa Consuelo Martín de Dios, directora gerente de la Fundación Instituto Roche, quien recalcó la necesidad de que los sistemas sanitarios se anticipen a la innovación para incorporarla cuanto antes, aunque siempre teniendo en cuenta el factor de la sostenibilidad.

Medicina de precisión y cáncer

Ana Lluch, catedrática de Medicina en la Universidad de Valencia y jefa del Servicio de Hematología y Oncología del Hospital Clínico en la misma ciudad, precisó que el cáncer no se puede tratar como una enfermedad, sino como un conjunto de enfermedades diversas. La especialista afirmó que esta perspectiva es muy importante y que hay que añadir un criterio diferenciador a cada caso: el genoma humano. Aunque la incidencia de la enfermedad sigue siendo muy alta, sobre todo en pulmón, mama o colorrectal, Lluch se muestra optimista frente a la enfermedad como consecuencia de las nuevas estrategias de diagnóstico y tratamiento surgidas en los últimos años, ya que han mejorado enormemente las expectativas de supervivencia.

La catedrática señaló que poder contar con unos biomarcadores que ayuden a medir diferentes variables en cada fase de la enfermedad ha supuesto una revolución. Además, opinó que ha ayudado a evitar algunos efectos adversos de los fármacos al cambiar la manera de aplicarlos y poder controlar los factores que influyen en cada caso, esquivando también otras consecuencias negativas, como el sobretratamiento. Lluch explicó que el cambio de rumbo en la investigación ha permitido crear nuevas tecnologías que también permiten comprender la complejidad de las células tumorales, lo que se ha traducido en un cambio radical en el abordaje de la enfermedad.

Entre los hitos alcanzados en los últimos años, Lluch destacó la capacidad para identificar mejor las patologías y subdividirlas, haber hallado técnicas como la ultrasecuenciación masiva del genoma para descifrar cada tumor de una manera más precisa, la identificación de nuevas dianas terapéuticas, así como de nuevos factores predictivos y pronósticos y, por último, la aplicación de la inmunoterapia, la cual cree que puede suponer un cambio definitivo para muchos pacientes.

Como conclusión, la experta puso en valor la importancia de la investigación, tanto básica como clínica, e instó a los distintos gobiernos a fomentar este aspecto ya que, bajo su punto de vista, sin investigación, no hay futuro.

Registros de datos e individualización

Luis Paz-Ares, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid, y catedrático en la Universidad Complutense, resaltó durante su intervención la importancia de utilizar los registros de pacientes con el objetivo de poder aprobar nuevos fármacos.

El médico detalló que, en caso de analizar un adenocarcinoma pulmonar, cada vez es más relevante realizar un perfil genómico, ver qué mutaciones tiene y analizar todos aquellos factores que puedan ayudar a saber qué tratamiento es el más adecuado, una meta para la cual sería de gran ayuda contar con datos sobre otros casos similares.

Paz-Ares consideró que uno de los mayores problemas que hay ahora mismo es que muchos centros hospitalarios no cuentan con tecnología sanitaria que permita realizar el diagnóstico molecular de una manera rápida, lo que permitiría decidir un tratamiento más certero para cada paciente y mejoraría significativamente las expectativas de supervivencia.

El doctor explicó que hay otros países como Francia donde se han creado ‘oncopolos’, es decir, una red en la que cada centro cuenta con el equipamiento necesario para cada especialidad oncológica, lo que permite derivarlos al lugar más adecuado para su tratamiento. El experto no quiso dejar fuera de la mesa el tema del coste derivado de estas técnicas, afirmando que es necesario calcularlo para saber cómo se podría afrontar.

Siguiendo con los registros de pacientes, Paz-Ares abogó por contar con archivos en los que se recoja cómo funcionan los tratamientos en cada caso, en lugar de realizar ensayos clínicos con un gran número de participantes lo que supone un gran desembolso monetario. Además, el doctor abundó en la idea de enlazar estos registros de pacientes con los historiales clínicos para que toda esta información pueda ser utilizada por los diferentes especialistas de una manera más certera.

El experto opinó que uno de los aspectos que se debería tener en cuenta más allá de la medición de resultados es el de tratar de cuantificar los beneficios que puede aportar una terapia en el futuro para decidir sobre su uso.

Regulación y financiación

Jordi Faus, abogado especialista en derecho sanitario y socio fundador de Faus&Moliner, habló sobre el marco legal aplicable a la financiación de medicamentos y los desafíos que se plantean en torno al mismo. Faus aludió al hecho de que el acceso a los tratamientos de una manera equitativa debería considerarse un derecho fundamental y apuntó a que, respecto a la gestión de la prestación farmacéutica pública, en el futuro se deberán considerar nuevas alternativas acordes a una visión más integral de los tratamientos. Por su parte, José Martínez Olmos, experto en medicina preventiva y senador por el PSOE, opinó que en el futuro la información de la práctica clínica real será imprescindible para tomar decisiones en la financiación de los medicamentos.