Pese a que la estenosis aórtica se considera una enfermedad grave desde el momento en el que se dan los primeros síntomas —dolor torácico, tos, insuficiencia respiratoria, fatigas e incluso desmayos— y su prevalencia aumenta con el paso de los años —entre el tres y el cuatro por ciento de las personas de 70 años y en torno al 15 por ciento a los 85 años la presentan—, sigue siendo una gran desconocida en nuestra sociedad.