Joan Carles Reverter, Presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH)

Los primeros anticoagulantes orales directos (ACOD) no se han financiado todavía de manera suficientemente amplia. Y eso que han pasado más de diez años desde que esos fármacos están disponibles. Se trata de una limitación para la extensión de su uso, en buena medida de origen presupuestario, que puede limitar en algunos casos la calidad del tratamiento que reciben los pacientes.

Estamos preocupados ante este hecho, que ya es una queja recurrente respecto a esta línea tan importante de tratamiento anticoagulante. De hecho, recientemente hemos emitido una nota de prensa conjunta con otras sociedades científicas y asociaciones de pacientes en la que exigimos la libre prescripción de ACOD en España de forma urgente. En total, 11 organizaciones recordamos a la administración que han pasado ya varios años desde que mantuvimos los primeros contactos en relación a la necesidad de revisar el informe de posicionamiento terapéutico (IPT) y eliminar el visado para la financiación de los ACOD para la prevención del ictus y otros fenómenos tromboembólicos en los pacientes con fibrilación auricular. En todo este tiempo no se han producido avances.

El objetivo de nuestra solicitud es garantizar el mayor beneficio para los pacientes y la equidad en el acceso a este tipo de medicamentos. En los países de la Unión Europea, para aquellos pacientes con indicación de los ACOD, la tasa media de prescripción de los mismos sobre el total de anticoagulantes orales es del 80 por ciento. En Alemania, Irlanda, Francia, Bélgica, Suecia, Noruega, Grecia o Portugal la superan, incluso.

En España, por el contrario, la tasa es solo del 56 por ciento, por detrás de países como Rumanía (75,5 por ciento), Eslovaquia (70,3 por ciento) o República Checa (67,1 por ciento). Esto supone inequidad que también se produce dentro de nuestro territorio, ya que existe una notable variabilidad en el uso de ACOD entre las distintas comunidades autónomas.

Nuestra postura se apoya en la evidencia científica de la seguridad y eficacia de los ACOD. El adecuado empleo de los ACOD en todos aquellos pacientes en los que están indicados mejora los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares.

Además, el uso de ACOD en España al nivel de las tasas europeas podría evitar 2.014 ictus y 3.456 hemorragias mayores al año, en base a los resultados del estudio español FANTASIIA, realizado por la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Con ello se podrían ahorrar 167 millones de euros al año en España.

Otra de nuestras reivindicaciones se centra en el campo de la hemofilia, donde se están produciendo cambios muy relevantes con la aparición de fármacos y procedimientos nuevos que mejoran de forma notable a los anteriores hasta ahora disponibles. En aras de la equidad queremos pedir que se considere, apruebe y facilite la implantación de esas nuevas opciones terapéuticas que permiten un mejor resultado clínico y una mayor calidad de vida de los pacientes.