Por José Manuel Quesada, profesor honorífico de la Universidad de Córdoba, investigador del IMIBIC y coordinador e investigador de este estudio.

Por José Manuel Quesada, profesor honorífico de la Universidad de Córdoba, investigador del IMIBIC y coordinador e investigador de este estudio

Los posibles beneficios de unos niveles séricos óptimos de 25 (OH) D sobre la progresión clínica de la COVID-19 han sido descritos en los últimos meses, apuntando a un posible efecto beneficioso de la adecuación de los mismos para hacer frente a la COVID-19. Pero ha sido recientemente cuando un grupo de especialistas de la Fundación para la Investigación Biomédica de Córdoba (FIBICO), del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) y del Hospital Reina Sofía de esta misma ciudad, hemos puesto en marcha el primer estudio piloto de intervención, desarrollado en todo el mundo, sobre sistema endocrino de la vitamina D y COVID-19, en el que suplementamos a los pacientes con calcifediol (25 (OH) D3).

En esta investigación participaron 76 pacientes hospitalizados por COVID-19 (confirmada mediante PCR y afectación pulmonar), que recibieron el tratamiento estándar establecido por los protocolos clínicos del momento como el mejor posible. Además, los 76 pacientes fueron aleatorizados a recibir suplementación con calcifediol oral cápsulas blandas (n=50) o no (n=26).

De los 50 pacientes tratados con calcifediol oral en cápsulas blandas, solo uno requirió ingreso en UCI (2%), frente a los 13 del grupo que no fue suplementado (50%). Estos datos parecen avalar la hipótesis de que la activación del sistema hormonal D podría reducir el riesgo de aparición del Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (SDRA) en pacientes afectados por la COVID-19.

Nuestro estudio piloto arroja resultados muy esperanzadores que demuestran que una dosis elevada de calcifediol o 25(OH)D reduce significativamente la necesidad de ingreso en UCI y ventilación asistida en aquellos pacientes hospitalizados con el diagnóstico de COVID-19. La administración de calcifediol parece ser capaz de reducir la severidad de la enfermedad, aunque ya estamos profundizando en esta línea de investigación en un ensayo clínico con un grupo mucho más amplio de pacientes para confirmar esta hipótesis de manera definitiva y consistente.

Ante la llegada de una segunda ola, se torna fundamental aprender de la experiencia clínica que nos ha aportado la primera. Como consecuencia de la ausencia de una sólida evidencia clínica de tratamientos eficaces, existe un fuerte interés en identificar una estrategia que reduzca la severidad de la COVID-19. Existen razones poderosas para pensar que el sistema endocrino de la vitamina D, mediante el calcifediol, modula favorablemente las respuestas del receptor ante el SDRA generado por este nuevo coronavirus, tanto en la fase vírica inicial como en las fases hiperinflamatorias posteriores, disminuyendo la afectación pulmonar y el riesgo de tromboembolismo que aparece en la infección por COVID-19.