Ismael Said Criado.

Por Ismael Said Criado, coordinador del subgrupo de trabajo de nuevas tecnologías de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Médico internista, actualmente en el servicio de Urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.

Desde el inicio de este milenio los avances que han ido surgiendo en el entorno de la salud han sido apabullantes. Contamos con nuevas herramientas de diagnóstico capaces de detectar ciertas dolencias de una forma cada vez más precoz, así como con soluciones digitales más precisas e intuitivas, basadas en el internet de las cosas, la inteligencia artificial y el machine learning, capaces de aprender de la experiencia y de los datos recogidos paciente a paciente.

Para coordinar su implantación paulatina, el Gobierno ha diseñado la llamada Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud (ESD-SNS), un buen documento en el que se describen unas políticas y estrategias que podrían ayudar efectivamente al correcto desarrollo de la digitalización en España. Y que, según hemos conocido recientemente, estará dotada con 230 millones de euros que se repartirán entre 2022 y 2023.

Sin embargo, no sólo la adquisición de innovaciones digitales para la práctica clínica es importante para alcanzar de forma real esta transformación. También es vital la formación de profesionales y gestores para entender las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías.

En este proceso de transformación digital del sector sanitario español la tendencia actual más relevante es el desarrollo de la interoperabilidad entre los distintos sistemas de información en todo el Estado, que van a servir para poder conectarse con los sistemas europeos.

A nivel individual, los profesionales ya nos estamos familiarizando con tecnologías relacionadas con el big data y con el reconocimiento del lenguaje natural para desarrollar estudios de investigación. De hecho, muchos disponemos ya de sistemas de reconocimiento de voz para la elaboración de informes clínicos, como es el software de INVOX Medical, que se nutren y mejoran día a día gracias al uso de la IA y del machine learning.

Estas herramientas ahorran tiempo al profesional y mejoran la calidad de los informes. Aunque en el futuro deberían derivar hacia sistemas capaces de reconocer una conversación entre médico y paciente, y así que el primero no tenga la necesidad de incorporar la información por escrito o por dictado.

¿Cuál es nuestra aportación desde la SEMI? En los últimos dos años hemos estado desarrollando proyectos de investigación usando metodologías de análisis como minería de procesos, que ayuda a conocer el itinerario clínico real de los pacientes atendidos en un área sanitaria. También ha sido muy significativo el uso de metodologías basadas en el big data, y el diseño de proyectos formativos para los profesionales que sirven para mejorar sus competencias digitales. Por otra parte, hemos creado aplicaciones móviles para médicos con algoritmos diagnósticos y otras utilidades clínicas con el fin de agilizar su labor al mismo tiempo que se mejora su calidad asistencial.