Por Antonio Buño, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio

La Medicina de Laboratorio ha experimentado una gran transformación en los últimos 50 años a nivel organizativo, metodológico y cultural. Organizativamente se ha producido una importante consolidación e integración de los laboratorios clínicos, así como una externalización de servicios con el fin de reducir los costes de la atención sanitaria. La creciente automatización de procesos en los laboratorios ha ayudado a gestionar el aumento de la demanda de pruebas; mientras que la actual pandemia de Covid-19 no ha hecho más que poner de relieve su papel esencial en la mejora de la salud. Así como su contribución a la capacidad de diagnóstico con la máxima garantía de calidad para la toma de decisiones en prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y, en definitiva, para la mejora de la salud de nuestros pacientes.

A tenor de su importancia, la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) ha elaborado el primer Libro Blanco de la Medicina de Laboratorio en España con el fin de dar luz y visibilizar a los laboratorios clínicos en España y obtener así una imagen actual de los mismos, recogiendo información que hasta la fecha no teníamos a nuestro alcance. En particular, nos permite conocer la realidad de la profesión, comprender el tamaño del sector, el número de laboratorios, la estructura organizativa, la capacidad de respuesta, los profesionales y la actividad realizada. A partir de estos datos, se pueden analizar las necesidades actuales y las que se van a producir en el futuro, así como evaluar las decisiones a tomar y actuar favoreciendo el futuro de la profesión.

El Libro Blanco nos ha dotado de la información necesaria para detectar necesidades del sector como la renovación de su plantilla de profesionales. Según los datos recogidos, los laboratorios clínicos en España tienen una necesidad de plazas para renovar la plantilla que implicará en torno al 20-25% de los titulados en los próximos cinco años (el 23% de los titulados supera los 60 años). En los próximos 15 años será necesario renovar más de la mitad de la plantilla de los laboratorios clínicos. La necesidad de un relevo generacional no es una cuestión menor: si las planificaciones no se adecúan en tiempo a la demanda prevista, en pocos años se empezará a notar la escasez de profesionales en el sector.

Otra de las cuestiones esenciales para el futuro de la Medicina de Laboratorio, tal y como ha planteado el documento, es la unificación de las especialidades de Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica en una especialidad única que agrupe la formación de los residentes y aumente la posibilidad de trabajo en todas las comunidades autónomas. Para su consecución, será necesario incrementar el número de residentes y así compensar el descenso de profesionales debido a la edad.

En la elaboración del Libro Blanco de la Medicina de Laboratorio han participado todos los miembros de la Junta Directiva de la (SEQCML) y ha contado con la colaboración de socios de diferentes comunidades autónomas y una consultora externa. Quienes han determinado que la actividad del Laboratorio Clínico debe apostar por el cambio tecnológico y por las innovaciones en el diagnóstico in vitro. Aunque, para su puesta en marcha tenemos la necesidad de mejorar la regulación de los sistemas de compras con contratación pública para que se ajusten a la realidad del laboratorio.