José Luis Górriz, presidente de la Sociedad Valenciana de Nefrología.

Por José Luis Górriz, presidente de la Sociedad Valenciana de Nefrología. Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia.

Los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC), en sus distintos estadios, son un colectivo de riesgo que ha presentado elevada mortalidad a lo largo de la presente pandemia. Basándose en la evidencia científica actual, estas personas, especialmente las que se encuentran en tratamiento sustitutivo renal (hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante) son consideradas, por muchos motivos, un grupo prioritario para recibir la vacuna frente al virus SARS-CoV-2 causante de la COVID-19.

En el registro de infección por COVID-19 de la Sociedad Española de Nefrología se cuenta ya con más de 3.500 pacientes en terapia sustitutiva renal: el 50% en hemodiálisis en centro u hospital, el 47% trasplantados renales, el 2% en diálisis peritoneal y el 0,6% pacientes en hemodiálisis domiciliaria; estos datos reflejan el posible efecto protector de las técnicas domiciliarias (diálisis peritoneal y hemodiálisis domiciliaria) frente a la COVID-19, ya que permiten el distanciamiento social en estos pacientes. Este mismo registro ha detectado una muy elevada mortalidad entre los pacientes en TSR infectados por SARS-Cov-2: del 27% en los pacientes en hemodiálisis, 23% en diálisis peritoneal, 19% en trasplantados y 12% en hemodiálisis domiciliaria.

“La presencia de enfermedad renal es uno de los principales factores asociados con una mayor mortalidad en pacientes con COVID-19”

Como otro dato a destacar, una encuesta realizada por la Sociedad Española de Nefrología entre el personal facultativo revela que en esta pandemia el 20% de los nefrólogos ha sufrido ya COVID-19. Ello puede atribuirse a la necesidad de trabajar en distintas áreas con apoyo a otros servicios para atender pacientes con COVID-19.

Vacuna: una prioridad en un paciente especial

De lo que no cabe duda es que todos los pacientes con ERC deben estar vacunados: la gripe, el neumoco, la hepatitis B…y ahora frente a la COVID-19. Es una población que necesita especialmente estas vacunas por su elevado riesgo, ya que en estos casos existe una alteración del sistema inmunitario y, además, su habitual respuesta inmunológica frente a otras vacunas, como la de la hepatitis B, suele ser menor respecto a la población general.

“El 20% de los nefrólogos ha sufrido ya COVID-19”

Los pacientes con una enfermedad renal crónica avanzada expresan una respuesta reducida a la vacunación debido a la supresión general del sistema inmunológico asociada con la uremia. Por ejemplo, en la vacunación de la hepatitis B, los pacientes en diálisis, en comparación con pacientes sin ERC avanzada, presentan una menor respuesta de anticuerpos protectores (por lo que es necesario vacunar con una dosis que es el doble de la administrada a la población general). Además, la respuesta relativamente baja de anticuerpos a una vacuna también parece correlacionarse con el grado de insuficiencia renal.

“En general, la respuesta inmunológica frente a algunas vacunas es inferior en personas con enfermedad renal crónica”

La Sociedad Española de Nefrología, así como la Sociedad Valenciana de Nefrología (SVN), amparándose en la sólida evidencia científica actual y el elevado riesgo de los pacientes con ERC, han exigido que la vacunación frente a la COVID-19 sea prioritaria en estos casos. En este sentido, la SVN solicita que los pacientes con ERC reciban vacunas basadas en RNA mensajero, estando contraindicadas las vacunas con virus vivos atenuados o inactivados en pacientes con trasplante renal.

No solo pedimos que se efectúe ya, y con la máxima agilidad, la vacunación frente a la COVID-19 de este colectivo de personas, sino que se utilice la vacuna más adecuada en esta población (RNA mensajero) y que también se valore adecuadamente cómo estas personas responden a la vacuna. Y es que no se ha evaluado hasta el momento la influencia de la insuficiencia renal y el tratamiento renal sustitutivo en la respuesta inmunogénica frente a esta vacuna.

Partiendo de esta realidad, y situándonos a la vanguardia en España, e incluso en Europa, desde la SVN creemos necesario estudiar con detalle la respuesta de esta subpoblación de pacientes frente a la vacuna de la COVID-19, para aclarar su eficacia y la capacidad de respuesta inmune; de esta forma, podremos valorar si es preciso un incremento de la dosis o de nuevas dosis de recuerdo para mantener una protección adecuada en estas personas de alto riesgo y de elevada exposición a la infección (por su necesidad de atención sanitaria presencial habitual y frecuente).