Antonio Alarcó

Por Antonio Alarcó Hernández. Catedrático. Doctor en Ciencias de la Información y Sociología. Senador.

Recientemente en febrero, concretamente el día 11 de febrero, se celebró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, impulsado por Naciones Unidas. Se trata de un día al año que se celebra a nivel mundial y que sirve para tener siempre en cuenta con el objetivo siempre por mejorar, impulsar y conseguir la igualdad en la ciencia. La Asamblea General de las Naciones Unidas, con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además lograr la igualdad de género y el empoderamiento de estas, decidió proclamar en 2016 (resolución A/RES/70/212) el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

La ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En los últimos 15 años, la comunidad internacional ha hecho un gran esfuerzo para inspirar y promover la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia. Sin embargo, siguen encontrando obstáculos para desenvolverse en este campo, ajeno a ellas.

La brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) persiste desde hace años en todo el mundo. A pesar de que la participación de las mujeres en las carreras de grado superior ha aumentado enormemente, estas todavía se encuentran insuficientemente representadas en estos campos.

En la actualidad, menos del 30 por ciento de los investigadores en todo el mundo son mujeres. Según datos de la UNESCO, solo alrededor del 30 por ciento de todas las estudiantes escogen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas. En todo el mundo, la matrícula de estudiantes femeninas es particularmente baja en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), con un 3 por ciento; ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, con un 5 por ciento, y en ingeniería, manufactura y construcción, con un 8 por ciento.

La desigualdad de género, la brecha salarial y el techo de cristal son algunos de los desafíos a los que se enfrentan actualmente las mujeres cuando intentan avanzar en su desarrollo profesional.

En España las profesiones del sector de las Tecnologías de la Información y la Ciencia son uno de los motores de la sociedad hoy en día. Sin embargo, aunque en la universidad en general hay predominio femenino, el sesgo de género en las carreras de Ciencias es indudable. Las dificultades para alcanzar el éxito en el futuro son desafíos a los que se tienen que enfrentar día a día las mujeres, que interfieren en su decisión a la hora de escoger su profesión y que hay que conseguir.

La presencia femenina en el campo de la ciencia y la tecnología es todavía una asignatura pendiente en nuestra sociedad. En el ámbito universitario, el porcentaje de las alumnas matriculadas en carreras relacionadas con los ámbitos tecnológicos es reducido: en grados que engloban las Tecnologías de la Información (TIC), tan solo un 12 por ciento son mujeres. El número aumenta levemente cuando hablamos de ingenierías y arquitectura, alcanzando tan solo el 28 por ciento. Sin embargo, en carreras del sector STEM no tecnológicas, como medicina, farmacia y veterinaria, la presencia supera en algunos casos el 70 por ciento. Los datos del Instituto de la Mujer son evidentes, el 54 por ciento de los alumnos matriculados en la universidad son mujeres, pero no escogen profesiones técnicas.

La falta de referentes femeninos en este tipo de profesiones no facilita que la labor de la mujer sea reconocida, ni a nivel educativo ni profesional. Según los datos recogidos en el Informe “Científicas en Cifras 2017”, realizado por el Ministerio de Economía y Competitividad y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, la proporción general de mujeres que forman parte del personal investigador en España se ha mantenido desde 2009 estancada en un 39 por ciento. A pesar de las mejoras respecto a la paridad en sectores como Administración Pública (48%) y universidades (43%), el personal investigador en empresas sigue siendo muy bajo, alcanzando tan solo el 31 por ciento desde 2013.

En el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), tan solo un 25 por ciento del personal investigador eran mujeres. En el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), solo un 19 por ciento y hoy en día ha mejorado.

Del mismo modo, el informe Mujeres e Innovación 2020 del Ministerio de Ciencia e Innovación, detecta que las mujeres directamente ocupadas en sectores empresariales de alta y media-alta tecnología se sitúa solamente entre el 26 por ciento del personal en general y el 31 por ciento de aquel que participa directamente en actividades de I+D+i.

La pandemia provocada por el COVID-19 ha demostrado claramente el papel crucial de las mujeres investigadoras

La pandemia provocada por el COVID-19 ha demostrado claramente el papel crucial de las mujeres investigadoras en los diferentes frentes en la lucha contra el virus, desde los avances en el conocimiento de este, hasta el desarrollo de técnicas para las pruebas de COVID-19 y las vacunas. Pero a su vez, ha tenido un impacto negativo en las mujeres científicas. Ha afectado especialmente a las que se encontraban en los inicios de sus carreras, lo que ha contribuido a que se ensanche la brecha de género existente en la ciencia. Es necesario corregir estas disparidades en el sistema científico mediante nuevas políticas, iniciativas y mecanismos para apoyar a las mujeres y a las niñas en la ciencia.

También lo es fomentar el talento femenino y la vocación científica y tecnológica desde las aulas, de manera que se facilite el interés de las niñas en su estudio y aprendizaje, así como adoptar todas las medidas y mecanismos necesarios para afianzar y fomentar la posición de nuestras científicas en las áreas profesionales de ciencia y tecnología, y lograr así el acceso pleno y equitativo de la mujer en las disciplinas científicas y técnicas, que debe de ser un objetivo a conseguir de forma inmediata.