¡Faltan matronas!

Tribuna por Montserrat Angulo, Vocal matrona del Consejo General de Enfermería y presidenta del Colegio de Enfermería de Alicante

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Montserrat Angulo

La Sanidad española se encuentra en un momento crítico. Las ratios de profesionales son insuficientes para dar los cuidados necesarios de toda la población y las administraciones deben ser conscientes de esta situación para poner remedio.

Este déficit, que afecta a toda la profesión, es uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos también las enfermeras especialistas en Obstetricia y Ginecología. La falta de matronas supone un gran riesgo para la salud sexual y reproductiva de todas las mujeres en edad fértil (15-49 años), y las desigualdades entre comunidades ponen en peligro unos cuidados óptimos de estas mujeres.

Tal y como se desprende de los datos del Instituto Nacional de Estadística, recogidas por la Organización Colegial de Enfermería, existe gran disparidad entre las 151,86 matronas por cada 100.000 mujeres en edad fértil de Melilla y las 24,5 de Canarias. Ambos datos muy alejados de la media española, también baja, que se sitúa en 75 matronas por cada 100.000 mujeres. Datos que distan de las necesidades de la población a la que atienden. Si a esto sumamos la próxima jubilación de una gran parte de las mismas hace que el relevo generacional no se pueda llevar a cabo. Existe una escasez de todo tipo de trabajadores del área de la salud sexual, reproductiva, materna, neonatal, infantil y adolescente, pero la mayor carencia es de matronas y matrones.

Además, es importante destacar que la escasez de matronas y matrones no puede cubrirse con otras especialidades porque también hay carencia global de estas. Un mayor número de matronas y matrones no solo permitiría que más mujeres, adolescentes y recién nacidos tuvieran acceso a sus singulares habilidades, sino que también liberaría a los médicos y enfermeras para que pudieran centrarse en otras necesidades sanitarias. Contamos con una de las formaciones más avanzadas del mundo en este ámbito, ya que además de los cuatro años de Grado, una matrona en España completa su formación con dos años de especialización en Enfermería obstétrico-ginecológica, creando un binomio con el que no cuentan en todos los países. Las matronas salvan vidas y prestan servicios críticos en cuanto a Derechos de la salud sexual y reproductiva cada día, pero sus voces no se escuchan.

Tenemos unas competencias muy marcadas en la atención al parto, en la que debemos lograr el ‘one to one’ (una matrona por mujer), pero muchas veces se olvida que no sólo trabajamos en el paritorio. En Primaria tenemos un abanico muy grande de atención a la vida sexual y reproductiva de la mujer, en el que se incluye a la adolescencia, anticoncepción, embarazo, parto y postparto, menopausia… En definitiva, es imprescindible poner sobre la mesa el número de matronas que hay actualmente, las que se van a jubilar y ver cuántas mujeres en edad fértil hay para así calcular el déficit que tenemos.

Las administraciones no pueden ponerse de perfil en este asunto y deben ser conocedoras que la falta de matronas pone en riesgo la salud de todas las mujeres de nuestro país. Debemos ampliar el número de plazas EIR para mejorar las ratios de matronas y poner solución a una escasez que se acrecentará mucho más en los próximos años.


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