Carmen de Lucas.
Francisco de la Cerda.

Por Carmen de Lucas, del Servicio de Nefrología Infantil del Hospital Universitario Niño Jesús, y Francisco de la Cerda, de la Unidad de Nefrología Pediátrica del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla)

En el marco de las I Jornadas de Nefropatías Hereditarias del Grupo de Trabajo de Enfermedades Renales Hereditarias (GTERH) organizadas por la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N), se ha llevado a cabo una ponencia que aborda las principales características y últimas novedades acerca de la Hipofosfatemia Ligada al cromosoma X (XLH), una enfermedad rara que suele manifestarse en la infancia y que afecta a aproximadamente 1 de cada 20.000 personasi,ii

Las manifestaciones que produce esta patología tienen un impacto directo en la calidad de vida de estos pacientes y muchas de las actividades diarias, como realizar las tareas del hogar, ir a trabajar, el autocuidado, o incluso el descanso nocturno, suponen un reto para ellosiii.

La Hipofosfatemia Ligada al cromosoma X (XLH), una enfermedad rara que afecta a 1 de cada 20.000 personasi,ii

Esta enfermedad se produce por una mutación del gen PHEX, que codifica una proteína que regula la actividad del factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF23). El defecto de función del gen PHEX en el cromosoma X da lugar al aumento de los niveles circulantes de FGF23 y, como consecuencia de ello, la inhibición de la síntesis de vitamina D activa y la pérdida de fosfato en orina. Todo ello conduce a una reducción de los niveles de fosfato en sangreiv.

De las limitaciones de la terapia clásica deriva la necesidad de alternativas seguras y eficaces. En este contexto, uno de los principales avances ha llegado de la mano de una nueva terapia de Kyowa Kirin para pacientes con XLH, el único fármaco dirigido a la fisiopatología subyacente de la XLHv. Sin suficiente fosfato, los huesos son más blandos de lo normal y no pueden crecer, mantenerse, o curarse adecuadamente, y los músculos no pueden funcionar como lo harían normalmentevi. Este nuevo fármaco ayuda a normalizar la cantidad de fosfato en el organismo al bloquear la actividad de FGF23, restaurando los niveles de fosfato en la sangre y mejorando los síntomas de la XLHiv,v,vii,viii.

Referencias

i Beck-Nielsen SS, et al. Incidence and prevalence of nutritional and hereditary rickets in southern Denmark. Eur J Endocrinol. 2009;160(3):491-497.

ii Beck-Nielsen SS, et al. FGF23 and its role in X-linked hypophosphatemia-related morbidity. Orphanet J Rare Dis. 2019;14(1):58.

iii Lo SH, et al. Exploring the burden of X-linked hypophosphatemia: a European multi-country qualitative study. Qual Life Res. 2020;29(7):1883-1893.

iv Haffner D, et al. Consensus Statement. Evidence-based guideline. Clinical practice recommendations for the diagnosis and management of X-linked hypophosphataemia. Nat Rev Nephrol. 2019;15;435-455.

v Carpenter TO, et al. Burosumab therapy in children with X-linked hypophosphatemia. N Engl J Med. 2018;378:1987-98.

vi Skrinar A, et al. The Lifelong Impact of X-Linked Hypophosphatemia: Results From a Burden of Disease Survey. J Endocr Soc. 2019;3(7):1321-1334.

vii Imel EA, et al. Burosumab versus conventional therapy in children with X-linked hypophosphataemia: a randomised, active-controlled, open-label, phase 3 trial. Lancet. 2019;393:2416-242.

viii Whyte MP, et al. Efficacy and safety of burosumab in children aged 1-4 years with X-linked hypophosphataemia: a multicentre, open-label, phase 2 trial. Lancet Diabetes Endocrinol. 2019;7:189-199.