Diego Ayuso

Cuando se habla de enfermedades crónicas automáticamente se piensa en personas mayores con dependencia, y muchas veces se olvida de mencionar las enfermedades crónicas que aparecen desde el nacimiento o edades muy tempranas, y que afectan a un gran número de niños y niñas, generando sufrimiento y mala calidad de vida desde la infancia tanto para los afectados como para sus familias.

Los padres están acostumbrados a que sus hijos tengan enfermedades agudas, que se desencadenan de forma brusca y con el trascurso de los días o semanas desaparecen pasando a la normalidad. Las enfermedades crónicas aparecen y nos acompañara el resto de la vida, teniendo que aprender a vivir con ella, adoptando la patología como un compañero de viaje en nuestra vida y el objetivo debe ser minimizar su impacto en la calidad de vida, más si aparece en edades tempranas.

Las enfermeras/os desarrollan un papel importantísimo en la educación y formación de los cuidados de estos niños, enseñándoles a tomar decisiones adaptadas a cada momento y situaciones, facilitando el convivir con la patología crónica en las diferentes etapas de la vida del niño, minimizando las complicaciones asociadas consiguiendo un mejor control de la enfermedad.

El modelo sanitario en nuestro país debe prestar más atención a los pacientes con patologías crónicas y dar prioridad a la educación sanitaria y para la salud, los profesionales sanitarios debemos otorgar más protagonismo y hacer que los ciudadanos se involucren más en su proceso salud-enfermedad, que los pacientes tomen decisiones en políticas de salud, incrementar el empoderamiento y que sean pacientes activos y esto es especialmente importante en la cronicidad en la infancia. Si logramos que las niñas/os que sufren estas patologías autogestionen su enfermedad, conseguiremos buenos resultados en salud y mejoraremos la calidad de vida de los mismos y de sus familias.

En este sentido resulta fundamental que los sistemas educativos y de salud implanten la figura de enfermeras escolares, ya que sin duda son esenciales para el cambio de modelo orientado a la promoción de la salud, la adquisición de hábitos de vida saludables y la prevención de la enfermedad, además de garantizar una escolarización más fácil y con mayor calidad a niñas/os y adolescentes con patologías crónicas, ya que muchos de ellos, al no contar con enfermera en su centro educativo, se les está impidiendo tener una correcta escolarización, sufriendo un alto absentismo escolar. Las enfermeras escolares, proporcionan soporte sanitario y educativo relacionado con la enfermedad a los alumnos que presentan cronicidad, y esto aporta grandes beneficios en una situación de gran vulnerabilidad.