Gustavo Paseiro (CGCFE).

Por Gustavo Paseiro Ares, presidente del CGCFE y vocal de la Junta Directiva de Alianza Científico Profesional por el Estado de Bienestar (ACEB).

La Fisioterapia es una profesión sanitaria con un papel importante con los pacientes de la Covid-19, en línea con la apuesta de ACEB por los profesionales del Estado de Bienestar. Se ha dado en dos momentos puntuales, durante la enfermedad y durante la recuperación.

Los pacientes con sintomatología severa o crítica que han necesitado hospitalización e ingreso en la UCI, han sido tratados en base a dos grupos de patologías, las de carácter respiratorio y las musculoesqueléticas, derivadas del prolongado encamamiento.

En las patologías respiratorias, los fisioterapeutas tienen una función fundamental para mejorar las funciones afectadas. Para ello tratan a los pacientes mediante técnicas ventilatorias o de drenaje de secreciones, o en la ayuda en el manejo de la ventilación mecánica y en el proceso de destete. También actúan en la mejora en la patología respiratoria determinando la mejor posición del encamado para favorecer su proceso respiratorio.

Las patologías producidas por el prolongado encamamiento en la UCI, definidas como DACI (Debilidad Adquirida en Cuidados Intensivos), se reflejan principalmente en atrofia muscular por una importante pérdida de la fuerza muscular. Algunos estudios la cuantifican en un 1% por cada día de encamamiento. Para prevenir y tratar estas patologías musculoesqueléticas es fundamental la movilización temprana por el fisioterapeuta.

Hasta el 10% de las personas recuperadas de Covid-19 pueden sufrir el Síndrome de Fatiga Postviral (SPV)

La actuación de los fisioterapeutas en la UCI ha supuesto una reducción del tiempo de ventilación mecánica, así como el tiempo de permanencia en la propia UCI y de la hospitalización con una más rápida recuperación y una disminución de las secuelas.

Una vez superada la enfermedad, se necesita fisioterapia para recuperarse de los efectos del soporte de ventilación y oxigenación recibido, así como de la prolongada inmovilización. Hasta el 10% de las personas recuperadas pueden desarrollar el Síndrome de Fatiga Postviral (SPV), que requiere un apropiado tratamiento. Las consecuencias suelen ser el deterioro de la función pulmonar, debilidad muscular severa, rigidez articular, fatiga, así como limitaciones en la movilidad y habilidad para actividades cotidianas.

Para ello se aplican primero técnicas de fisioterapia respiratoria, como respiraciones diafragmáticas, ejercicios de espiración con presión espiratoria positiva o respiración costal con el objetivo de reestablecer la función pulmonar y, el manejo y disminución, de la disnea y la fatiga.

También se aplican técnicas de fisioterapia para conseguir recuperar el fortalecimiento muscular perdido en el proceso hospitalario con ejercicios compuestos por ejercicios cortos y regulares, combinados con descanso para recuperar la fuerza muscular perdida, mejorar el equilibrio y la coordinación.