La insuficiencia financiera que ha provocado una escasez de recursos, la insostenible situación de las listas de espera, contratos inestables que han originado la pérdida de la longitudinalidad y continuidad de los cuidados a lo largo de la vida y el riesgo ante la posible pérdida de la accesibilidad en salud, entre otros factores, han generado una situación de gran inestabilidad para el Sistema Sanitario Público de Andalucía.

Las enfermeras de familia y comunitaria pueden contribuir a dar una respuesta eficaz a los desafíos de la sanidad pública andaluza, ofreciendo soluciones efectivas a muchos retos en salud de la sociedad. No obstante, las condiciones y el contexto actual no solo no lo posibilitan, sino que lo hacen cada vez más inviable.
Por ello, es necesario que estas profesionales cuenten con reconocimiento adecuado por parte de la administración, así como el apoyo necesario para potenciar su capacidad de resolución, contribuyendo así a cuestiones como la reducción de las listas de espera. Además, resulta imprescindible fomentar un clima de cooperación entre los distintos colectivos sanitarios que fortalezca la Atención Primaria andaluza.
Con respecto a la preocupante fuga de talento de enfermeras de familia y comunitaria hacia otras comunidades autónomas, es urgente diseñar políticas que garanticen su integración plena en la primaria. Para ello, es imprescindible dotarlas de los recursos necesarios, evitando así la infrautilización de sus competencias y asegurando una atención de calidad a la población.
“Las enfermeras de familia y comunitaria pueden contribuir a dar una respuesta a los desafíos actuales”
Además, es fundamental incorporar tecnologías digitales que faciliten la accesibilidad o la investigación en la Atención Primaria, por lo que las autoridades deben reconocer la importancia de contar con una infraestructura digital moderna, segura e integrada. En este sentido, invertir en la renovación total del sistema de Historia Digital de Salud en Andalucía, Diraya, es crucial para garantizar la calidad de la atención sanitaria y la seguridad del paciente.
Sí continúa por el camino actual, la Atención Primaria andaluza se asoma a un gran precipicio que la aboca a su desnaturalización y la pérdida de capacidad para garantizar la equidad y la accesibilidad. Ante esta situación insostenible, se deben adoptar medidas concretas como mejorar la financiación actual y reforzar el apoyo a estos profesionales esenciales de enfermería familiar y comunitaria.
Las enfermeras estamos dispuestas a dar una vez más (después de la pasada pandemia) nuestro máximo por la salud de la población, pero necesitamos que nuestros directivos y los políticos responsables reaccionen de una vez por todas con seriedad y compromiso para salvaguardar la gran crisis actual de la Atención Primaria en beneficio siempre de la ciudadanía.