En el marco del XVII Congreso Anual que organiza la Asociación Madrileña de Hematología y Hemoterapia (AMHH) y de la mano de Kyowa Kirin, nos reunimos para poner en común las últimas investigaciones e innovaciones en el abordaje y tratamiento de este grupo de enfermedades, entre las que destacamos los Linfomas Cutáneos de Células T (LCCT).

Una de las cuestiones abordadas tiene que ver con el papel de las nuevas terapias en el tratamiento de la Micosis Fungoide (MF) y el Síndrome de Sézary (SS), dos de los subtipos más comunes de LCCTi. Estos linfomas se presentan principalmente en la piel, pero pueden afectar a la sangre, los ganglios linfáticos y las vísceras, de forma secundariaii,iii. Pueden tener un profundo impacto en la calidad de vida relacionada con la salud y el bienestar psicológico de los pacientesiii, pudiendo llegar a producir depresión, trastorno en el sueño y fatigaiv.

En este encuentro presentamos un caso clínico que refleja la experiencia de un paciente en tratamiento con mogamulizumab, la cual ha sido de fácil manejo, buena tolerancia y respuesta. Debo señalar, además, el gran impacto que esta terapia ha tenido en la vida del paciente, pasando de tener un carácter deprimido y apático por la sintomatología de su proceso cutáneo, a mejorar su calidad de vida, como el mismo paciente refiere.

Además, es necesario poner en valor la importancia de realizar un correcto estadiaje en el abordaje de estos pacientesv, sobre todo la evaluación del compartimento sanguíneo. Es bien sabido que los LCCT tienen una distribución compartimental con afectación, junta o separada, de piel, sangre, órganos linfoides o visceralii,iii. Recientes estudios han demostrado una mejor respuesta, tanto en tiempo como en calidad, según la afectación compartimental que presenta el pacientevi,vii. Por tanto, es crucial ese correcto estadiaje y seguimiento, tanto conjunto, como por compartimentos afectados.

Por último, es fundamental que estos pacientes reciban una atención multidisciplinar, puesto que, al tratarse de una enfermedad que afecta a diferentes órganos, implica en consecuencia a diferentes especialidades médicas. La implicación multidisciplinar es imprescindible para su correcto manejoviii. Igualmente, debe incluirse en dicho manejo, personal de enfermería con conocimiento sobre la afectación cutánea y los fármacos a administrar. Tampoco debe olvidarse un buen soporte psicológico, que constituye una afectación muy importante en estas patologías y que la mayoría de las veces no es viable en muchos centros.

REFERENCIAS

  • i Wilcox RA. Cutaneous T-cell lymphoma: 2017 update on diagnosis, risk-stratification, and management. Am J Hematol. Oct 2017;92(10):1085–102.
  • ii Sampogna F, et al. British Journal of Dermatology 2009 160, pp815–822 Cutaneous lymphomas may have a profound impact on patients’ health -related quality of life (HRQoL) and psychological well-being.
  • iii Willemze R, et al. Blood. 2019;133(16):1703–1714.
  • iV Leukaemia and Lymphoma Society. https://www.lls.org/sites/ default/files/file_assets/cutaneoustcelllymphoma.pdf. Accessed: June 2020.
  • v Olsen EA, Whittaker S, Kim YH, et al. J Clin Oncol. 2011;29(18).
  • vi Cowan RA, Scarisbrick JJ, Zinzani PL, et al. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2021; 35(11): 2225-2238.
  • vii Beylot-Barry M, Booken N, Weishaupt C, Scarisbrick J, Wu W, Rosen J, et al. Impact of blood involvement on efficacy and time to response with mogamulizumab in mycosis fungoides and Sézary syndrome. Acad Dermatol Venereol.2022;jdv.18549.
  • viii Musiek A, et al. Dermatol Ther (Heidelb). 2022;12(1):29-40.