El encuentro de CANCER NOW del pasado 26 de abril ha supuesto una nueva oportunidad para poner sobre la mesa las prioridades urgentes para mejorar el abordaje del cáncer. Un análisis de las necesidades inmediatas desde múltiples y enriquecedoras perspectivas.

Si nos ceñimos al ámbito espacial, más allá de la importancia específica de cada una de las aportaciones, las visiones de Dolors Montserrat, europarlamentaria del Grupo Popular, Nicolás González Casares, europarlamentario del PSOE, y Margarita de la Pisa, europarlamentaria del Grupo VOX, nos trasladaron al prisma europeo. De forma más o menos directa, todos ellos coincidieron en la necesidad de que España, que asumirá la presidencia de la UE en el segundo semestre de 2023, incorpore en su lista de prioridades, que aún no ha trascendido, la salud de los europeos, y en particular la lucha contra el cáncer.

Son conscientes, al igual que Rafael López, presidente de la Fundación ECO y moderador de esta mesa, de la importancia de que los países miembro den pasos firmes en la implantación de un plan europeo contra el cáncer, en cuya gestación ellos mismos participaron. Es una herramienta fundamental que no debe caer en saco roto, tal y como quedó de manifiesto.

Acotando el espacio físico llegamos a nuestro país y aplicamos el foco en las comunidades autónomas con dos ejemplos sobre otra de las mesas de esta cumbre contra el cáncer. Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana. Sus consejeros, Enrique Ruiz Escudero y Ana Barceló, también de diferente signo político, PP y PSOE, coinciden en lo esencial. Hay margen de mejora, admiten. En un Sistema Nacional de Salud que muchos comparan con pequeños reinos de taifas, la colaboración firme entre regiones y la coordinación siguen siendo asignaturas pendientes, y lo son también en este frente que debería ser común.

La colaboración entre regiones y la coordinación siguen siendo asignaturas pendientes contra el cáncer

Lo saben muy bien los pacientes. Reducimos de nuevo el objetivo de nuestra cámara para llegar a las personas, con nombres y apellidos, que han vivido o conviven con la enfermedad. Sus pequeñas aportaciones son las más grandes. Sus reflexiones no parten de un trabajo de campo o documental, son parte de su experiencia vital y están pegadas a la realidad, lejos de las declaraciones de intenciones o de los objetivos teóricos.

Muchos mensajes vertidos en esta mesa valen la pena, nos quedamos, por ejemplificar, con uno de ellos. El de Pilar Fernández, presidenta de la Asociación de Cáncer de Mama Metastásico. “La investigación no sirve de nada si no llega a tiempo a las pacientes. Muchas compañeras se han quedado en el camino”. El momento es ahora.