Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, desde el ámbito del periodismo especializado, asistimos atónitos a dos batallas. Una se libraba en los hospitales y centros de salud frente a un virus entonces desconocido. La otra, en redes sociales y supuestos medios de (des)información que alimentaban el miedo de la población, con teorías conspiratorias y una gran desconfianza hacia avances científicos como las vacunas que han permitido que, a día de hoy, la pandemia se afronte con otra perspectiva. Dos años después, el término ‘fake news’ forma parte de nuestro vocabulario habitual y constituye, para el periodismo riguroso, un auténtico desafío.

Sin apenas pasar página de esta etapa, aparentemente final, de la pandemia de coronavirus, el mundo se ha visto inmerso en un nuevo escenario a nivel internacional que nos llena de incertidumbres. La información que nos llega sobre la invasión rusa de Ucrania nos recuerda una frase que grabamos a fuego durante nuestra etapa en la Facultad de Periodismo, que la verdad es siempre la primera víctima en la guerra.

Los expertos advierten de los riesgos sobre la salud de un consumo injustificado de yoduro potásico

Más allá de la gestión de la propaganda, intrínseca a una escalada militar de estas características, y ajena a nuestra labor como prensa especializada en sanidad, nos preocupa también que la desinformación y los bulos empujen a los ciudadanos, en un contexto así, a prácticas que, lejos de protegerles, puedan poner en riesgo su salud.

Sucedía de nuevo en estos días y el miedo ante un posible ataque nuclear en Ucrania disparaba las consultas en las oficinas de farmacia sobre el yoduro potásico. La combinación, de nuevo, de las búsquedas en internet con la noticia de que Noruega ha entregado en guarderías y colegios pastillas profilácticas con este compuesto para proteger a los más pequeños ante un eventual ataque ha llevado a una alarma, hoy por hoy, injustificada, según los especialistas.

Desde el Colegio de Farmacéuticos de Valencia aseguran que llegado el caso, la farmacia militar dispone de los comprimidos con la proporción adecuada, muy superior a la de los suplementos alimenticios que se toman, por ejemplo, durante el embarazo, que se distribuiría entre la población. Este tipo de fármacos, alertan también desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición , no están a la venta, porque su uso es exclusivo para este tipo de situaciones excepcionales.

Los portavoces de la SEEN advierten que tomar indiscriminadamente sin receta y sin supervisión esta sustancia puede generar disfunciones tiroideas, ya que no es inocuo, e insisten en la necesidad de tranquilizar a la población y evitar este tipo de prácticas.