Por Marta Moreno, Directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca España.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad crónica grave que constituye un problema de primera magnitud de Salud Pública. Los últimos estudios alertan de que afecta a casi el 12 por ciento de las personas mayores de 40 años en nuestro país, siendo la cuarta causa de muerte.

A estas alarmantes cifras se suman agravantes como son los periodos de aumento de los síntomas, conocidos como exacerbaciones, o sus comorbilidades, es decir, enfermedades que a menudo se presentan asociadas a la EPOC y entre las que se encuentran algunas como las patologías cardiovasculares, el deterioro cognitivo, la osteoporosis, el cáncer de pulmón y otras enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión.

Estamos, por tanto, ante un grave problema para el bienestar de los pacientes y para nuestro sistema sanitario, algo a lo que solo podemos hacer frente a través del diagnóstico precoz y la intervención temprana. Solo así podemos garantizar el tratamiento de la enfermedad de forma temprana y ofrecer a sus pacientes las mejores garantías de calidad de vida.

En esta enfermedad, la anticipación es enormemente necesaria, pues una sola exacerbación ya se asocia con una reducción de la calidad de vida y un mayor deterioro de la función pulmonar, con el consecuente aumento del riesgo de hospitalización y mortalidad.

Diagnosticar después y no antes de que se produzca la primera exacerbación, significa que se ha llegado tarde al diagnóstico y abordaje de la enfermedad, es decir, que no se han evitado a tiempo sus complicaciones, con el perjuicio que esto conlleva para sus pacientes y nuestro sistema de salud. Y es que las exacerbaciones y, sobre todo, las hospitalizaciones y visitas a urgencias derivadas de ellas, constituyen la mayor parte de los costes directos y del uso de recursos sanitarios atribuibles a la EPOC.

En AstraZeneca, estamos decididos a darle un giro a esta situación. Seguimos comprometidos con la transformación de la atención de la EPOC a través de la ciencia, y tenemos claro que los pilares para la mejora de la calidad de vida de los pacientes con EPOC son la actuación temprana y la continua investigación. Por eso, sumamos esfuerzos hacia estrategias preventivas que nos permitan concienciar y actuar cuanto antes para evitar complicaciones que ahorren costes sociales y sanitarios.

Existe un dato que pone especialmente de manifiesto la necesidad de tratar la EPOC como una prioridad de salud pública, teniendo en cuenta que se trata de una enfermedad con graves consecuencias para los pacientes, su entorno y el Sistema Sanitario: el porcentaje de no diagnosticados se sitúa en un 74 por ciento.

Esta cifra nos permite concluir que el tratamiento, diagnóstico y prevención de la EPOC, lejos de ser prioritarios, son asignaturas pendientes en las políticas y estrategias sanitarias. Por tanto, es nuestra responsabilidad hacer una llamada a la acción de todas las partes implicadas en el abordaje de la enfermedad para lograr que se convierta en una prioridad de salud pública y minimizar así su infradiagnóstico.
Por eso, como compañía farmacéutica enfocada en mejorar la calidad de vida de las personas, fomentamos la coordinación entre las distintas áreas de atención sanitaria de la EPOC y reclamamos que esta se materialice en una Estrategia Nacional de Enfermedades Respiratorias que sea el eje de actuación para dar respuesta a las necesidades de los pacientes.

Además, en AstraZeneca trabajamos desarrollando campañas de concienciación para dar a conocer la enfermedad entre la población general para que sus síntomas sean fácilmente reconocibles y favorecer así el diagnóstico precoz y correcto de la patología.

Apoyándonos siempre en la ciencia y bajo nuestro firme compromiso con la innovación en enfermedades respiratorias, queremos liberar a los pacientes de la carga social que supone la EPOC y a los sistemas de salud, de la gran carga económica.