La decisión del sindicato mayoritario CESM de aplazar su próxima convocatoria de huelga es razonable. Es una huelga con la intención de tener notoriedad en sus demandas. Pero no es fácil cuando no se quiere perjudicar la propia asistencia que no puede permitirse un desvío, aunque sea momentáneo, de la atención sanitaria.

Huelga responsable

Los médicos y médicas de España están en huelga responsable. Es una suerte para los pacientes que se desconvoque una huelga para no interferir en la labor asistencial. Se trata de una muestra más del sentido sentido de la responsabilidad del sindicato convocante. El sindicato convocante CESM se queja de la falta de diálogo que existe con las administraciones sanitarias. Reclaman atención del ministro Salvador Illa y el diálogo consecuente.

Preocupa especialmente el  RDL 29/2020 por el que se cubrirían plazas de médicos que, según CESM, pondrían en peligro la calidad asistencial. Las plazas debe estar cubiertas por personal preparado y formado sin duda. El anuncio de la desconvocatoria de la segunda Jornada de huelga para el próximo 24 de noviembre es razonable. Aunque la concentración conovocada sea con distancia, y durante poco tiempo, supone una interrupción de la práctica asistencial que es difícil realizar en estos momentos.

Alternativas a actividades necesarias

No parece que la presión asistencial actual, a causa de la pandemia, vaya a dejar mucho tiempo para reivindicaciones, o incluso alguna celebración, como la entrega de los premios BIC a los mejores hospitales y servicios. La búsqueda de alternativas para cumplir con estas dos importantes cuestiones no es asunto menor. Reivindicar y celebrar son cuestiones distintas pero necesarias.

Está inmersa la sanidad en un proceso de adaptación, que se apoya en la capacidad de resiliencia de la profesión sanitaria. En estos días desde GM hablamos con distintos servicios hospitalarios a propósito de hacerles entrega de cada uno de los premios BIC. El testimonio de los servicios resulta muy clarificador: la pandemia les ha obligado a reinventarse.

“Mientras apoyaban a pacientes con COVID-19 debían de mantener la asistencia sanitaria a otros pacientes del servicio, ingresados o no”

Mientras apoyaban a pacientes con COVID-19 debían de mantener la asistencia sanitaria a otros pacientes del servicio, ingresados o no. Si de algo sabe un médico o un enfermero, hombres y mujeres, es de trabajar bajo presión. Y la presión sigue y seguirá durante meses.

Son momentos en los que el diálogo resulta más complicado porque el interlocutor (las administraciones) están con otras cuestiones. Es necesario utilizar la imaginación para conseguir llamar la atención. Parece que la presión mediática sí proporciona esa ventana de oportunidad. Al menos, los medios de comunicación sí están dispuestos a escuchar a los médicos y a sus representantes.