
Resulta de interés recordar el peso de la formación médica y la permanente necesidad de estar al día de los últimos avances y de los resultados de estudios clínicos. Un buen ejemplo de esta actualidad y el avance de conocimiento es la XIX edición del abordaje multidisciplinar del cáncer impulsado por los oncólogos médicos e investigadores Alfredo Carrato (Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria), Javier Cortés (International Breast Cancer Center) y Luis Paz-Ares (Hospital Universitario 12 de octubre de Madrid). Al completo programa hay que sumar la combinación de expertos y expertas de distinta edad pero que comparten su alta competencia y conocimientos.
Investigación en la práctica diaria
Con un programa muy completo, los especialistas de la XIX ed. del Abordaje participaban de la resolución de casos clínicos que se discutían tras la exposición introductoria. En varios puntos de la charla, los ponentes mencionaban como alternativas de decisión la incorporación del paciente a algunos de los ensayos clínicos en marcha de los que tenían conocimiento, o que participan activamente.
“Esa es la realidad de la práctica asistencial en España en cáncer: la investigación sí es la esperanza de muchos pacientes, y los especialistas tratan de incluirlos en un ensayo clínico, cuando es la mejor opción.
Esa es la realidad de la práctica asistencial en España en cáncer: la investigación sí es la esperanza de muchos pacientes, y los especialistas tratan de incluirlos en un ensayo clínico cuando es la mejor opción. En alguna de las exposiciones, la panelista hacía mención a que el brazo aleatorio en el que se incluyó al paciente había recibido la terapia innovadora, y el paciente respondía con éxito.

La realidad excluye a muchos pacientes
Pero la investigación no puede incluir a todos los pacientes. Los expertos y expertas hablan de un 20% de pacientes de las consultas de cáncer en España incluidos en ensayos clínicos con tratamientos innovadores. El liderazgo de España facilita el acceso a la innovación en areas relevantes como el cáncer, pero el 80% de pacientes restantes espera más de lo necesario la aprobación de la innovación que puede cambiar la historia natural de su enfermedad.
Casos y debate
Escuchando los casos atentamente, pude comprobar que uno de los dilemas que trataba de responder el debate son decisiones a tomar antes de disponer de resultados de diagnóstico molecular. Para los que creen que los especialistas prescriben en exceso, el acuerdo siempre es esperar al resultado, pero acelerar el mencionado diagnóstico. Sin embargo, se calcula por debajo del 10% las ocasiones en las que el diagnóstico molecular dirige la terapia; es preciso acelerar este sistema.
Porque en oncología, como en la práctica médica general, se urge siempre a tener los resultados cuanto antes. Averiguar el biomarcador, cuando es posible en un centro especializado, ahorra tiempo, dinero y sufrimiento a pacientes, especialistas y al sistema sanitario en general.
Encuentros científicos de alto nivel
Si se trata de hacer la mejor medicina, ya sabemos que la investigación y la práctica clínica van de la mano. Y los encuentros que ofrecen esos avances, como el Simposio de Biopsia Líquida en Santiago de Compostela (Dr. Rafael Lopez) o los Desafíos en cáncer de Valencia (Dr. Carlos Camps y Dr. Vicente Guillem) son algunos de los ejemplos que hacen que el cáncer esté a un alto nivel en nuestro país.
Me llamó la atención que muchos de los tratamientos que eran debatidos en el XIX abordaje multidisciplinar del cáncer, como potenciales opciones terapéuticas a considerar, se encontraban aprobados por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) pero no estaban disponibles con cargo a fondos públicos en España. Y era más la regla que la excepción.
“Lo más frecuente en nuestro país, para hacer una medicina de vanguardia, sería disponer de la innovación aprobada por la EMa”
Frustración de la investigación que no llega al paciente
Aunque sesudas sesiones de debate clínico concluyan que una opción terapéutica es la mejor, los retrasos en su aprobación en España producen frustración en los especialistas y perjuicio vital en los pacientes. Y la opción de incluir a un paciente a un ensayo clínico en marcha, esté el nuevo fármaco para esa indicación arobado o no por la EMA, no puede ser la opción más frecuente en España. Lo más frecuente en nuestro país, para hacer una medicina de vanguardia, sería disponer de la innovación aprobada por la EMA.
Es preciso apoyar a algunos decisores, en el ministerio y en muchas comunidades autónomas, que ya han identificado este problema, que son empáticos con los pacientes y con la investigación, y que se encuentran en ocasiones con dificultad para cumplir sus planes por la simple oposición a la aprobación de la innovación. Una oposición que ha echado raíces profundas en nuestro país y puede afectar al liderazgo en investigación de España, del que se benefician los pacientes y el sistema sanitario, y que debemos preservar y estimular.