La ministra de sanidad Carolina Darias anunció el pasado septiembre el análisis de la oferta-necesidad de especialistas médicos en España. El estudio pretende cubrir la demanda estimada del periodo 2021-2035, pero eso implica también atender las necesidades del presente.

Además, la demanda de especialistas a corto plazo también requiere atención.

Problema a largo plazo

Aún no es tan elevada la carencia actual de profesionales sanitarios en general, pero una alta demanda de servicios generada por la pandemia causa siempre tensión. Es como la foto anual de las urgencias hospitalarias en tiempos de la gripe común: se repite cada año y puedes preparte para ello, pero no evitarla en algunos momentos.

El futuro muestra un agravamiento del problema, si no se toman medidas ahora. El análisis estará disponible a comienzos de este 2022, según anuncio la propia ministra de sanidad.

El diputado del Grupo Popular, José Ignacio Echániz, interpeló al Gobierno el pasado septiembre sobre las medidas a tomar para abordar la falta de profesionales sanitarios. Echániz destacaba en su intervención en el Congreso la jubilación futura de 70.000 médicos para los próximos 10 años.

Más médicos y más especialidades

Pero no sólo se requieren más médicos y enfermeras, sino más especialidades. La especialidad de Urgencias y Emergencias, que pudo aprobar el PP en su momento, ahora se considera por este partido desde la oposición una necesidad “especialmente después de la pandemia”.

Es necesario recordar que todos los partidos se han mostrado de acuerdo con la especialidad de urgencias, así como la de enfermedades infecciosas, en algún momento de las últimas legislaturas, pero no son capaces de convertirlo en una realidad.

Manifestaciones

En los últimos meses se han producido manifestaciones de sanitarios que se suman al “apoyo a la atención primaria”, la “sanidad pública” o la mejora de las condiciones salariales de los médicos, entre otras. Sin duda, el entorno de cansancio y extenuación es proclive a que se agite la profesión.

En Madrid, País Vasco, Cataluña o Galicia, entre otras, ha habido convocatorias de este tipo, con intereses diversos, tanto como distintos convocantes y organizadores. Pero la realidad es tozuda: hay que afrontar la falta de especialistas médicos.

Estrés de profesionales

La carencia de profesionales sanitarios no es un problema nuevo. Como todas las situaciones de estrés para los sistemas, como lo es una pandemia, bajo presión se necesita que los recursos estén al completo. Una encuesta de la OMC del pasado año mostraba que hasta un tercio de médicos ha valorado dejar la profesión por los efectos de la pandemia.

Bajas, estrés, depresión y ansiedad son comunes en estos meses entre los médicos y enfermeras.

Si la presión o prueba de estrés se realiza con las plantillas mermadas, el resultado no puede ser bueno. En pandemia, los profesionales sanitarios médicos y enfermeras, hombres y mujeres, mostraban cansancio, estrés y sus consecuencias.

La propia Sociedad de Emergencias y Urgencias (SEMES), impulsada por el presidente el Dr. Tato Vázquez, ha sabido abordar y analizar en un Grupo de Trabajo cómo la depresión y el suicidio afectan a los especialistas en Urgencias y Emergencias y al resto de especialistas hospitalarios. Hasta uno de cada cuatro ha requerido consulta en este sentido.

El informe analiza la salud mental de los sanitaros, y establece las pautas y protocolos para un correcto abordaje de la depresión y suicidio, en colaboración con especialistas en psiquiatría.

De esta forma, los servicios de Urgencia hospitalarios pueden detectar y anticipar este problema entre profesionales y en la propia actividad asistencial.

Atención Primaria

Estamos en una nueva fase más tadía de la pandemia. La actual 6ª ola es menos problemática a nivel asistencial, en lo referente a ingresos hospitalarios.

Sin embargo, la atención primaria se ha visto desbordada durante las pasadas semanas por dos razones fundamentales:

  1. la realización de test diagnósticos a los pacientes de forma masiva y
  2. el papeleo de las bajas por resultado positivo o enfermedad por COVID-19

Son situaciones que pueden llegar a estresar, sin duda, y llegar a colapsar la agenda diaria de los médicos y médicas de familia.

Por esa razón, la atención primaria está en condiciones de reconocer y entender, más ahora que en las primeras fases de esta pandemia, el trabajo y la responsabilidad diaria de sus colegas de urgencias y emergencias hospitalarias.

La especialidad de urgencias y la medicina de familia

La atención primaria debería ver con buenos ojos la esperada decisión de la ministra de ir adelante con la especialidad de urgencias y emergencias. Las sociedades de medicina de familia y atención primaria deberían ser aliados de la propia SEMES. Aliados en el sentido de apoyar la nueva especialidad de emergencias y urgencias.

Y deberian hacerse sin oponerse y sin situarse de perfil. Si entiendes la presión asistencial ahora, también puedes comprender cómo se ha vivido en las urgencias de los hospitales. Aunque seguro que para muchos médicos de familia y especialistas en urgencias hospitalarios, han sido distintas presiones y distintas circunstancias.

Es cierto, en pocos años la carencia de profesionales será más acentuada si no se toman medidas ahora. Y faltarán especialistas en urgencias y emergencias también, aspecto que podrá afrontarse mejor con la especialidad reconocida.

Cualquier colega sanitario querría que le tratase un especialista bien formado en un servicio de urgencias hospitalario bien dotado con personal preparado. No es distinto de lo que querría cualquier persona al entrar en un servicio de urgencias. Lo podemos llamar sentido común, lo podemos llamar justicia o podemos decir que tenemos una deuda pendiente con las urgencias hospitalarias. Es hora de responder.