El Plan de Recuperación enviado a Bruselas: ¿es para el Gobierno o para la salud de los pacientes?

Por Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC)

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Por Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC).

El punto 18 (llamado componente 18) del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia que el Gobierno ha enviado a Bruselas como condición para obtener una financiación de 140.000 millones de euros, se dedica a enumerar una serie de propósitos y enunciados con el supuesto objetivo de ampliar “las capacidades del SNS”.

Cuando se analiza su contenido enseguida se echa de menos a los pacientes. De entrada, hemos conocido lo que se piensa hacer con nosotros después de entregado “el papel” en Bruselas y, desde luego, no es nada tranquilizador.

Mucho empaque técnico economicista, pero la humanización asistencial y la coordinación sociosanitaria brillan por su ausencia. El riesgo de recortes económicos (pese a reconocerse una financiación baja) se constata muy pronto.

Así lo evidencia el Plan, posicionándose contra los medicamentos innovadores y señalándolos, ni más ni menos, como generadores de incertidumbres clínica y financiera ¿será una “errata”?

Las redes de evaluación de medicamentos y de tecnologías y prestaciones sanitarias auguran también restricciones impuestas desde la burocracia. Lo mismo que la guerra a quienes por razón de nuestra enfermedad tengamos que consumir más de 5 medicamentos ¿por qué 5?

La formación se plantea como una acción dirigida a los médicos (no a las Asociaciones de Pacientes) para ilustrarlos sobre las ventajas de ciertos fármacos y desaconsejar otros por su coste y efectividad, a pesar de que estén incluidos en la Cartera de Servicios y cuenten con el aval de la Agencia Española de los Medicamentos y Productos Sanitarios.

La “racionalización” en el consumo farmacéutico es línea prioritaria del Plan gubernamental, que, por cierto, no es nada novedosa y si muy polémica. La Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios (2006) ya lo contempla, pero con un mandato permanentemente incumplido: que en las actuaciones de racionalización las CCAA utilicen criterios homogéneos y se eviten desigualdades. Las Comisiones de Farmacia y los Protocolos (diferentes incluso entre hospitales de una misma Comunidad Autónoma) son muestra patente de incumplimiento del deber de no discriminar a los pacientes por razón del territorio.

El Plan de Recuperación anuncia reformas legales, cuyo alcance desconocemos pero que, a juzgar por los propósitos del Plan, generan grave inquietud para los pacientes y para las Asociaciones que los representamos.

En materia de cáncer, está bien que en el Plan se cuantifiquen los recursos que se van a destinar para informar y sensibilizar a la población, pero no resulta de recibo someter a los pacientes a la zozobra de no saber si podrán continuar sus tratamientos o si se antepondrá la llamada eficiencia económica a los resultados en salud.

Hablen con las Asociaciones de Pacientes y busquen sus propuestas y colaboración. No nos consideren objeto de la asistencia sanitaria, sino protagonistas en el proceso de recuperación de nuestra salud.


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