Reforzar la confianza en las vacunas, poniendo en valor el papel que han jugado a lo largo de la historia de la Salud Pública es un desafío que tiene por delante el Sistema Nacional de Salud (SNS).

Pero hay un esfuerzo, que debe ir en paralelo, y es el de mirar a las vacunas como parte de un estilo de vida saludable que nos debe acompañar a lo largo de toda la vida. Igual que hablamos de una alimentación ‘healthy; de abandonar el hábito tabáquico… ¿Por qué no hablamos de  cumplir con las recomendaciones vacunales a lo largo de toda la vida…?

Algo parecido a un “Inmunofitness”. Hace unos días, la Asociación Española de Pediatría (AEP) pueso en marcha la campaña ‘Las vacunas cumplen’ con el fin de ofrecer información fiable y de apelar a la responsabilidad individual de los ciudadanos. En este sentido, la acción pretende concienciar sobre la importancia de mantener las coberturas en la población infantil.

Está claro, y así lo señalan los expertos, que la población puede estar ahora más receptiva y sensibilizada para recibir este tipo de mensaje sanitario: la pandemia nos muestra la vulnerabilidad del ser humano a las infecciones.

En este desafío no podemos pasar por alto algunas trabas. En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la desconfianza en la seguridad y efectividad en la vacunación una de las principales amenazas a la salud global. Ahora, más que nunca, es necesario apostar por la prevención y la información.

Al igual que la AEP, otras sociedades como la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) llevan años insistiendo en la necesidad de reforzar la importancia de la vacunación a lo largo de la vida. Este ‘Inmunofitness‘ es un entrenamiento que debe acompañar a la población y ser parte intrínseca de nuestros hábitos de vida. España sigue en un proceso de envejecimiento progresivo que ha invertido la pirámide poblacional. De este modo, apuntan desde la SEGG, un envejecimiento satisfactorio saludable es aquel que consigue mantener una buena situación funcional y calidad de vida a pesar de cumplir años. A medida que envejecemos, se incrementa la susceptibilidad a las enfermedades infecciosas. El aumento, con la edad, de la frecuencia y severidad de estas enfermedades representa un reto de considerables dimensiones para el sistema sanitario.

Con estos datos, parece que es el momento, por tanto, de abrir el circuito, incluyendo este entrenamiento como parte de nuestra rutina vital a lo largo de la vida.