El Sistema Nacional de Salud ha entrado esta semana en fase sísmica. En unos meses en los que las cifras y los números se han vuelto imprescindibles hay un número que ha marcado el rumbo de los últimos días: 47.2. Y es que, cuando más certezas y evidencias hacen falta en la ciencia, más incertidumbre se está generando. Pero empecemos por el principio.

Tras el dictamen de la Comisión para la Reconstrucción en materia de Sanidad, sociedades científicas y pacientes están inmersos en una incertidumbre que está tambaleando los ejes de la formación continuada y el movimiento asociativo de los pacientes. Consideran que, en definitiva, la decisión de la Cámara Baja de vetar la colaboración público-privada en esta materia puede poner patas arriba un modelo formativo que ya estaba consolidado en nuestro país. Si bien, algunos expertos repasan las dos lecturas de este artículo: La primera es que habrá financiación pública suficiente para garantizar la formación de los profesionales. La segunda que queda prohibido la financiación privada. Ante esto, se preguntan: ¿Se podrá cumplir la primera premisa? “No”, responden todos al unísono ante esta cuestión.

Sin carácter vinculante

Lo cierto es que estamos ante un documento que no tiene carácter vinculante. “Lo que se han recogido son propuestas”, aclara a esta publicación la portavoz popular en la Cámara, Elvira Velasco.

La pelota está ahora en el tejado de un Ministerio de Sanidad que tendrá que hacer frente a un verano ‘acalorado’, conociendo las opiniones del sector en su conjunto. “La voz del paciente no ha sido escuchada, se nos impidió participar aportando nuestra visión ante esta mesa en la que se aprobaron medidas difíciles de digerir por el tejido asociativo de pacientes al que represento en España”, sentencia la presidenta de la Alianza General de Pacientes, Pilar Martínez.

¿”Un acuerdo de país”?

Lo más paradójico de todo es la visión del Gobierno. Según la portavoz socialista, Adriana Lastra, el dictamen sanitario es un “acuerdo de País”. La pregunta es… ¿entre quién?

Se avecina un verano tormentoso para una clase política. La sensación es de falta de confianza hacia una profesión médica que hasta ahora ha hecho un trabajo impecable. El conocimiento en las áreas va en aumento y eso es imparable, pero en este escenario de incertidumbre, estas trabas en el camino pueden frenar todo el trabajo conseguido hasta ahora.