Las comunidades autónomas, y a día de hoy todo aquel que bucee en la página web de La Moncloa, tienen a su alcance el documento que el Ministerio de Hacienda tiene como referencia para la reforma del modelo de financiación autonómica.
La base del actual sistema se aprobó en 2009 y en más de diez años, argumenta el Gobierno, los sistemas de información proporcionan datos que permiten afinar mucho más sobre las características de la población, que resulta determinante a la hora de realizar estimaciones, por ejemplo, en cuanto a necesidades de gasto sanitario.
A priori, la intención del ministerio es plantear un debate abierto sobre el tema, a diferencia, remarcan, de lo que sucedió para gestar el actual sistema de financiación. Las comunidades tienen de plazo hasta finales de enero para hacer sus cuentas y realizar sus observaciones al respecto. Si nada lo impide, lo esperable, teniendo en cuenta el clima continuo de crispación, es que la propuesta del ministerio se convierta en un arma arrojadiza más a nivel político, en la antesala del año electoral que será 2023.
De entrada, el planteamiento propuesto parece razonable. En lo relativo a la sanidad, la estratificación por grupos de edad permite valorar mejor las necesidades de gasto, que aumentan, como sabemos, a medida que ésta avanza. También parece lógico compensar, de algún modo, factores que complican la gestión, y no solo a nivel sanitario, como la dispersión de la población o la insularidad, como plantean en su propuesta.
El nuevo modelo pretende reforzar el peso del gasto sanitario
Sin embargo, y desde un punto de vista técnico, algunos economistas han mostrado ya sus dudas sobre lo que definen como criterios arbitrarios. Sus argumentos también están cargados de lógica: no se trata tanto de hacer trajes a medida como de crear una fórmula de reparto sensata, defienden, por ejemplo, desde Fedea.
Mientras asistimos a la gestación, y al debate, sobre el futuro sistema de financiación, desde GACETA MÉDICA somos testigos de la diversidad de nuestro Sistema Nacional de Salud. Hoy recogemos en este número las conclusiones del Foro Depresión y Suicidio en Baleares, que cierra el ciclo de presentaciones del Libro Blanco a nivel regional. Cada foro ha sido el reflejo de su comunidad, con planteamientos diferentes y respuestas acordes con las necesidades específicas según el territorio o tipo de población. Lo mismo sucede con los encuentros virtuales ‘¿Qué hay detrás de la psoriasis?’, esta semana con el foco en Andalucía, pero que recorrerá todas las comunidades autónomas.
Partiendo del consenso, el nuevo modelo de financiación tendrá que proporcionar recursos para que cada una de ellas pueda, a su vez, repartir, priorizar y cubrir las necesidades de sus ciudadanos y pacientes.