El reciente informe ‘Las cifras del cáncer sanguíneo en España: estimaciones de incidencia para 2025 y análisis de supervivencia’, presentado por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), pone de manifiesto que los tumores hematológicos serán el quinto tipo de cáncer más frecuente en 2025, solo por detrás de los tumores de mama, pulmón, próstata y colon, con un total de 25.770 casos.
Las estimaciones sobre la incidencia de tumores hematológicos en las próximas décadas indican un notable aumento. Se espera que los casos de estas neoplasias pasen de 1,3 millones en 2022 a dos millones en 2050, lo que supone un incremento del 55 por ciento. Este aumento se produce en un contexto en el que la carga global del cáncer podría alcanzar cifras sin precedentes, con 35 millones de casos previstos para 2050, un 77 por ciento más que en la actualidad.
En 2025 se diagnosticarán 25.770 nuevos casos de cánceres sanguíneos en españa
La heterogeneidad de los cánceres sanguíneos, que se dividen en tres grandes grupos (neoplasias linfoides, mieloides e histiocitosis), hace que el abordaje de estas patologías sea especialmente complejo, ya que cada tipo de neoplasia presenta características clínicas, respuestas al tratamiento y pronósticos muy diferentes. Tal y como señaló Rafael Marcos-Gragera, facultativo de la Unidad de Epidemiología y Registro de Cáncer de Girona (ICO-Girona) y coordinador del grupo de investigación HematoREDECAN, la estabilidad de los casos observada en los últimos años no debe hacernos olvidar que cada una de estas enfermedades requiere de un enfoque personalizado y que la estabilidad en la incidencia no implica necesariamente una reducción del impacto que estos cánceres generan.
Alejandro Martín García Sancho, vicepresidente del Grupo Español de Linfomas (GELTAMO) y hematólogo del Hospital Universitario de Salamanca, ofreció una perspectiva optimista sobre los avances en el tratamiento de los tumores hematológicos. Destacó que los datos de supervivencia han mostrado una mejora significativa, en gran parte gracias a la introducción de anticuerpos monoclonales y a los avances en inmunoterapia. Sin embargo, también señaló que, a pesar de estos progresos, los avances en el campo han sido relativamente limitados en los últimos años.
La mejora en la supervivencia de los pacientes, especialmente en algunos tipos de linfomas y neoplasias mieloides, es un dato muy positivo, pero aún queda un largo camino por recorrer. La leucemia mieloide aguda, por ejemplo, presenta una tasa de supervivencia a cinco años de solo el 25,6 por ciento, lo que pone en evidencia la necesidad urgente de continuar con las labores de investigación y desarrollo de terapias más eficaces para estos tipos de cáncer. El informe revela que existen diferencias significativas en la supervivencia entre hombres y mujeres, así como entre diferentes grupos de edad. Las mujeres tienen tasas de supervivencia más altas que los hombres (66,1 por ciento frente al 59 por ciento), y los adultos mayores presentan peores pronósticos que los más jóvenes.
Las mujeres presentan tasas de supervivencia más altas que los hombres
La estimación de 445 nuevos casos de cáncer sanguíneo en la población infantil es una cifra que también merece atención. Aunque la supervivencia en niños es generalmente alta, con un promedio del 84,5 por ciento, las diferencias según la edad y el tipo de cáncer son preocupantes. Por ejemplo, los menores de un año presentan tasas de supervivencia más bajas, lo que indica que se requieren estrategias específicas para este grupo de pacientes especialmente vulnerables.
La lucha contra el cáncer es un reto colectivo que nos atañe a todos, y solo mediante un enfoque integral y coordinado podremos mejorar significativamente las tasas de supervivencia y la calidad de vida de este grupo de pacientes. Garantizar que los avances lleguen a los pacientes de forma oportuna y equitativa en todos los países es fundamental para el tratamiento de estas enfermedades. Sin embargo, la situación es que, en la actualidad, la disponibilidad y uso de las terapias para tumores hematológicos varían de un país a otro, lo que desemboca en desigualdades en los resultados de los pacientes.