Con el avance de las negociaciones hacia una posible investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, paulatinamente se van conociendo los diferentes acuerdos suscritos entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y las diferentes formaciones políticas. En el aspecto sanitario, llama la atención que en el pacto entre los socialistas y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) se haya incluido un punto relativo a activar las competencias reconocidas en el Estatuto de Autonomía de Galicia. Como han confirmado fuentes de la formación gallega a Gaceta Médica, esto abriría la puerta a negociar una posible transferencia de la gestión del MIR, del PIR y del EIR a la región.
Desde la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas, FACME, han emitido un comunicado posicionándose en contra de esta posibilidad. Aunque consideran que es una opción que no es muy probable que llegue a salir adelante -a lo que añaden que ya se ha planteado en ocasiones anteriores sin llegar a buen puerto-, alertan de las posibles inequidades que podrían generarse en caso de que esta medida llegase a materializarse en algún momento en esta u otras regiones. La entidad remarca que el sistema MIR implantado en España está altamente consolidado y posicionado además como referente a nivel internacional por su buen funcionamiento.
Así, aluden primeramente a las desigualdades que se podrían dar en materia de formación, lo que además creen que repercutiría en el cumplimiento de los estándares de calidad fijados a nivel nacional. También subrayan que esto podría influir en aspectos como la movilidad de los médicos entre regiones. Por otra parte, advierten de los problemas logísticos que se podrían derivar de la organización de un examen diferente entre comunidades autónomas, entre otras desventajas en las que podría desembocar esta descentralización.
Con todo esto, desde FACME llaman a que, ante cualquier posibilidad de cambio en el sistema MIR, las autoridades competentes analicen las fortalezas del sistema actual y tengan en cuenta las “graves implicaciones” que podrían darse como consecuencia de esta modificación.
En definitiva y una vez más, al proponer este tipo de medidas, el modus operandi debería estar claro: hay que escuchar a la profesión. En este caso, los médicos y las entidades que los representan son una fuente de conocimiento fidedigna. los que corroboran el funcionamiento o no de los sistemas existentes y quienes, en base a su experiencia, saben qué es lo que mejor puede funcionar en el sector. Por ello, escuchar su voz, es imprescindible. La profesión tiene la respuesta.