El pasado 20 de abril la OMC acogía la celebración del Día de la Atención Primaria. Este año la jornada oficial, el 12 de abril, transcurrió en plenas vacaciones de Semana Santa y las ocho entidades que integran el Foro de Atención Primaria optaron por retrasar el evento para amplificar al máximo los mensajes.

En el primer día sin mascarillas obligatorias, las entidades del primer nivel asistencial, arropadas por otros colectivos sanitarios como el de enfermería, fisioterapia o asociaciones de pacientes, se reunían para presentar los resultados de la campaña que en las últimas semanas, tras poner de relieve las consecuencias de un sistema sanitario sin atención primaria, ha tratado de señalar cómo sería la asistencia con una AP de calidad. Dicho sea de paso, en el entorno médico la mascarilla sigue siendo de uso mayoritario.

Pese a la situación crítica que atraviesan, las entidades se han esforzado por buscar motivos para ofrecer una visión en positivo. Se mostraron satisfechos, por ejemplo, con los resultados de su campaña #DefendamosLaPrimaria, que ha conseguido llegar a más de 16 millones de usuarios tras lanzarse 3.800 tuits desde 1.400 perfiles.

“¿Qué están dispuestos a hacer para que el año que viene el panorama sea distinto”

Otro motivo de alegría era la presencia de un representante del ministerio de Sanidad, en esta ocasión la recién nombrada directora general de Ordenación Profesional, Celia Gómez, dispuesta a defender el compromiso del Gobierno con la primaria. Todos agradecieron su participación en la jornada. Todos insistieron en la necesidad de que Sanidad tome nota de sus aportaciones. Sus argumentos no convencieron…

“Somos consejeros gratuitos de la Administración”, recordaba Tomás Cobo, presidente de la OMC. “Es necesario que los ‘vecinos’ (en alusión a los diputados) conozcan la realidad del SNS. Un 70 por ciento no son pacientes de la pública”, defendía Antonio Fernández-Pro, presidente de SEMG.

Cada una de las ocho entidades que integran el foro realizó sus propias aportaciones, con el acento en la precariedad, en la falta de planificación, en la financiación, las soluciones, la urgencia de compromiso político. Varios medios preguntaron: “¿Qué están dispuestos a hacer para que el año que viene el panorama sea distinto?” Se habló de movilizaciones, de implicar a los ciudadanos, de hacer autocrítica…

A la salida, y de forma improvisada, se planteó la opción de tomar una foto en la escalera del Congreso de los Diputados, junto a los leones. En definitiva, y tal y como se pudo escuchar entre el público, arreglar, no se arregló mucho. Fue, eso sí, una terapia de grupo más que necesaria.