Agosto llega y con la mitad de la población de vacaciones, las autoridades advierten de no bajar la guardia. Las variantes de Covid-19 siguen sucediéndose y todo apunta a que las olas irán y vendrán de manera periódica. A día de hoy dos variantes son las que más preocupan BA.5 y  BA.2.75 (mutación Centaurus).

A corto plazo los expertos adelantan que seguiremos viendo más olas de infecciones. La ola de la variante BA.4/5 de Sudáfrica ya pasó, con menos ingresos hospitalarios y muertes que en su ola BA.1 en diciembre. La ola BA.5 de Portugal parece haber alcanzado su punto máximo, con una magnitud similar de muertes e ingresos hospitalarios a su primera ola BA.1 de omicron. Si bien omicron BA.2 se volvió dominante tanto en Sudáfrica como en Portugal, no resultó en una segunda gran ola de infecciones.

En cualquier caso, el no bajar la guardia es la mejor opción. La buena noticia es que tras dos años de pandemia ya se puede empezar a intuir el comportamiento del virus. Un ejemplo. Hace unos días, un grupo de investigadores del Hospital Universitario Ramón y Cajal-IRYCIS, y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) reveló cómo ha evolucionado el virus SARS-CoV-2 durante los dos primeros años de la pandemia (febrero de 2020 – enero 2022). Se trata del estudio más completo hasta la fecha sobre la variabilidad genética de las 26 proteínas del SARS-CoV-2, realizado con más de 70.000 secuencias de pacientes procedentes de todas las Comunidades Autónomas (CC.AA) españolas.

Para los expertos del Ramón y Cajal, y del CIBERESP, las vacunas actuales han demostrado su eficacia para reducir el número de infecciones y hospitalizaciones. Incluso en presencia de mutaciones que alteran la eficacia de la vacuna, la vacunación completa es eficaz contra la COVID-19 grave y las dosis de refuerzo han demostrado mejorar la neutralización.

Aunque las infecciones de ómicron son generalmente más leves, estos investigadores animan a considerar una segunda dosis de refuerzo para ancianos y pacientes inmunocomprometidos con riesgo de hospitalización dada la creciente incidencia de COVID-19 en España. “Mientras tanto, se debe fomentar el desarrollo de vacunas que incluyan mutaciones de Ómicron, pues exhibe una resistencia significativa a la actividad neutralizante de las vacunas actuales“, concluye el estudio.