Con la posibilidad de una tercera dosis de vacunas planeando sobre el ambiente, en España reina la cautela. A la espera de lo que determine la Agencia Europea del Medicamento, la responsable sanitaria Carolina Darias lo tiene claro: “Estamos preparados para inocular, si así se decidiera, una tercera dosis”.
Israel, tras la recomendación de Pfizer, ha sido el primer país en dar el paso en pacientes inmunodeprimidos y mayores de 60 años. La FDA, por su parte, ha autorizado también su uso de emergencia para Moderna y Pfizer. Aquí, en Europa, países como Reino Unido, Alemania o Francia arrancarán en septiembre. Austria también se ha mostrado favorable al refuerzo.
Lo cierto es esta semana España superaba el umbral de los 32 millones de personas con la pauta completa de vacunación frente al coronavirus SARS-CoV-2. Concretamente 32.239.782 personas, el 67,9 por ciento de la población, han finalizado su vacunación, mientras que un total de 36.111.205 personas cuenta con, al menos, una dosis de la vacuna contra la COVID-19. Algo que no impedirá que la Diputación Permanente solicite la concurrencia extraordinaria de Darias para explicar el porqué de la desaceleración del ritmo de la Campaña de Vacunación, y analizar si se han cumplido plazos y objetivos de la campaña marcados por el propio Gobierno. Esta petición de comparecencia, formulada por el Grupo Popular, obtuvo el respaldo de hasta 65 votos favorables. Parece que el curso político seguirá agitado.
No hay que olvidar, en este escenario, los medicamentos para tratar la COVID-19. Terapias cruciales para abordar las necesidades de los pacientes con la enfermedad en curso. Incluso con la introducción de las vacunas para la COVID-19, todavía existe una necesidad significativa de tratamientos efectivos para la enfermedad debido a los niveles sin precedentes de infecciones, hospitalizaciones y muertes.
Necesitamos más de una solución para combatir la COVID-19. Los programas de vacunación se están acelerando en todo el mundo, pero podrían pasar meses hasta que lleguen a un gran porcentaje de la población. Además, es posible que las vacunas no lleguen a proporcionar una protección adecuada a la totalidad de la población o eliminen la enfermedad por completo. Teniendo en cuenta que la inmunización no llegará, al menos de forma inmediata, al 100% de la población mundial, es importante que sigamos buscando distintas opciones para ayudar a prevenir y tratar esta enfermedad. Por ello, los tratamientos desempeñan un papel clave para salvar vidas y liberar capacidad en las unidades de cuidados intensivos.
Desde luego que la previsión debe ser parte de las estrategias. Estar preparados y tomar las decisiones correctas es necesario en un otoño que se presenta con grandes desafíos sanitarios.