No se ha dejado de repetir hasta convertirse en mantra, pero la pandemia, más allá de su innegable sacudida a la salud mundial, ha dejado múltiples enseñanza y lecciones. Entre ellas, la importancia de preservar una salud pública fuerte que dé respuesta a las necesidades actuales y no a las del siglo pasado. Este es el reto, de evolución, del entramado de servicios que configura un área que se ha ‘destapado’ como vital. Ahora, es el turno de reorganizar la salud pública para lograr que sea más moderna.

Así lo cuenta a esta publicación Maria Antònia Font Oliver, directora general de Salud Pública de Baleares, que sobre estas páginas refleja las principales conclusiones de una entrevista en profundidad con la responsable. “Las decisiones tradicionalmente se tomaban con mucha reflexión, que es necesaria, pero a veces era excesiva. Por tanto, necesitamos respuestas ágiles, con toma de decisiones basadas en la evidencia y con sistemas modernos de gestión”, destaca. Como parte de la necesidad de reconocimiento, social y dentro de las profesiones sanitaria, de un trabajo de impacto en la prevención —y, en consecuencia, trasladado de manera decisiva a la asistencia sanitaria— GM continúa su particular ronda por las consejerías autonómicas, donde sus responsables tienen mucho que decir; antes lo han hecho desde Madrid, Castilla y León, País Vasco y Castilla La-Mancha.

Todo ello se enmarca en una semana de especial calado noticiable de la que es una de sus grandes ‘armas’: la vacunación. Así es como Galicia se ha convertido en pionera a nivel mundial al anunciar que será el primer gobierno en incluir en su calendario vacunal la protección frente al virus respiratorio sincitial, que tantos quebraderos de cabeza ha producido este invierno. Una realidad que aterrizará el próximo otoño y que hará mutar el nombre del documento de referencia regional, pues será el primer anticuerpo monoclonal disponible en esta cartera.

“Son necesarias respuestas ágiles, con toma de decisiones basadas en la evidencia”

El escenario es propicio en España y no caben dudas de la necesidad de aprovechar el empuje de la COVID-19. Así lo demuestra el ‘termómetro’ del conocimiento de la enfermedad publicado por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (Seimc): hasta un 89,4 por ciento de los encuestados considera que las vacunas son beneficiosas y refuerzan el sistema inmune, frente al 6 por ciento que subrayan que no tienen beneficios y un 4,7 que no saben. Las vacunas, artífices del escape de la etapa aguda de la pandemia, continúan y continuarán reivindicándose. Como ya vaticinó ante GM Itziar Larizgoitia, directora de Salud Pública de Euskadi, en los próximos años serán noticia como solución a problemas que habíamos aceptado como inevitables.