Timothy Brown, más conocido como ‘El Paciente de Berlín’, fue considerado durante mucho tiempo la única persona del mundo en ser ‘curada’ de VIH tras ser sometido en 2008 a un trasplante de células madre para superar una leucemia mieloide aguda (LMA).

Esta situación se repitió en 2019. Dicho año, el ‘paciente de Londres‘ se convertía en el segundo caso, tras permanecer el virus ‘indetectable’ 29 meses después de la interrupción del tratamiento con antirretrovirales (TAR). Ahora se ha vuelto a repetir. Esta semana, los informativos abrían con el tercer caso de remisión en VIH —el primero en mujeres— tras recibir un trasplante de sangre de cordón umbilical para superar una LMA.

Los tres pacientes recibieron un trasplante de donantes que portaban la mutación CCR5 Delta 32 en las células CD4. Esta mutación hace que las células sanguíneas sean inmunes al VIH al evitar la entrada del virus en ellas. Sin embargo, se ha identificado en solo unos 20.000 donantes, la mayoría de los cuales son nativos del norte de Europa.

Y, aunque no se trata de una terapia escalable al resto de pacientes con VIH, sí supone un hito más en los avances de la lucha contra este terrible enfermedad. .Hay que recordar que la pandemia del SIDA ha acabado ya con la vida de 34 millones de personas.

El primer gran hito en esta enfermedad fue la aprobación en 1995 del primer inhibidor de la proteasa (IP) —saquinavir (Invirase)—. El empleo de este fármaco combinado con dos inhibidores de la transcriptasa inversa no análogo de los nucleósidos (ITINN) consigue reducir la carga viral y producir aumentos notables de CD4. Lo que se conoció como el tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA) cambió el curso de la pandemia para siempre. Se evitó el, hasta entonces, fallecimiento de los pacientes.

Otro de los grandes avances en la lucha contra el SIDA fue la llegada de los tratamientos preventivos. En 2012, la FDA aprobó la profilaxis Pre Exposición (PrEP), el primer tratamiento dirigido a prevenir la transmisión del VIH en personas seronegativas para el VIH con alto riesgo de contraer la infección y que fue aprobada por la EMA en 2016.

A pesar de los avances, el VIH continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial. La comunidad internacional está volcada en conseguir el objetivo de ONUSIDA 95-95-95 para 2030: 95 por ciento de las personas con VIH diagnosticadas, de las que el 95 por ciento estén en tratamiento y al menos el 95 por ciento con carga viral indetectable. Un reto que implica a toda la sociedad.