En España, las terapias para el Cáncer de Pulmón que consiguen financiación sin restricciones para la indicación para las que han sido aprobadas sufren retrasos de más de año y medio sobre el plazo establecido legalmente en España, llegando a alcanzar periodos de aprobación de entre 540 y 660 días. Asimismo, aquellas terapias que están todavía en proceso de negociación llevan entre 540 y 840 días en gestión. Además, los únicos que han conseguido precio y financiación en un plazo de entre 12 y 16 meses lo han hecho con restricciones de uso. Una situación “preocupante” a juicio del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP).

Estos oncólogos han observado un progresivo enlentecimiento en la toma de decisiones en los últimos años respecto a la aprobación de fármacos innovadores para el tratamiento del cáncer de pulmón, existiendo, una brecha creciente entre las aprobaciones por parte de la EMA y las aprobaciones en nuestro Sistema Nacional de Salud. Así lo reflejan en el informe, recientemente publicado en la Revista Economía de la Salud-EDS, ‘Demoras y Restricciones en el Acceso a Tratamientos Innovadores para el Cáncer de Pulmón en España’.

Como apunta el presidente del GECP, Mariano Provencio, la conclusión es clara: la innovación que llegua al paciente es cuestión de voluntad. “Existe en España una patología que afecta cada año a 30.000 personas, de las cuales sólo un 20 por ciento sobrevivirán a los cinco años. ¿Podemos aplazar dos años la administración de un fármaco que puede mejorar sus expectativas y calidad de vida? Seguramente no. Pues esto es lo que está ocurriendo a día de hoy en España con el acceso a tratamientos innovadores para el cáncer de pulmón”.

Este ‘cierre perimetral’ a la innovación en cáncer es desalentador, como explican los autores, ya que  en los últimos años, se han realizado importantes avances en el tratamiento del cáncer de pulmón. En este sentido, advierten que el panorama actual en España respecto al acceso a fármacos innovadores, tanto en general como para el tratamiento del cáncer de pulmón en particular, puede desalentar la llegada de nuevas terapias a nuestro país, privando a los pacientes del beneficio clínico potencial que aportan, tanto en supervivencia como en calidad de vida, especialmente a aquellos con escasas opciones terapéuticas. Una cuestión que…¿nos podemos permitir?