Verónica Casado urge a financiar la sanidad y alcanzar el 7% del PIB

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Se estrena en Madrid ante una amplia representación del sector sanitario con la presencia del Vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea.

La consejera de sanidad de Castilla y León, Verónica Casado cita a THE LANCET, Bloomberg o el Banco Mundial y hace referencia a los distintos indicadores de salud por país. El Organismo para la Carga de Enfermedad, con sede en Washington, sitúa a España a la cabeza en 92 de 100 indicadores de salud. Como fortaleza, la atención primaria de calidad, la potencia de nuestra atención especializada y, por supuesto, la alimentación. Recuerda Casado que en el CIS de Enero pasado, apenas un 3% de los españoles creen que la sanidad es un problema. La consejera recuerda que la sanidad está ausente del debate electoral y, sin embargo, hay mucho debate sobre la mesa: la financiación autonómica, o sea, la sanitaria. La consejera quiere que se haga un esfuerzo en la transparencia de la información, como las lístas de espera, en donde recuerda que el vicepresidente, Paco Igea, es un firme impulsor de que los datos se compartan. Y es que la sanidad no puede ser eficiente sin buenos datos y sin que sean accesibles y convertidos en información para la toma de decisiones.

El desayuno de Europa Press fue el estreno de la consejera en Madrid con el sector sanitario, con un discurso coherente, sólido y realista. Javier García Vila, director de EP, consiguió dinamismo e interés en las preguntas de la audiencia.


Pero Verónica Casado es realista y afirma que “sin financiación no podremos cumplir los objetivos”. Para ello sitúa las necesidades de inversión en sanidad (en los PGE) en el 7% del PIB anunciado por el Gobierno. Si la financiación es importante para los presidentes autonómicos, una prioridad para los consejeros y consejeras de sanidad y una necesidad urgente de la población, se hace difícil que no se aborde como una prioridad. Y es que el debate tiene serios inconvenientes: una mayor inversión requiere de que las cuentas estén equilibradas, y eso implica controlar el gasto y el déficit de los PGE. Ya nadie duda que la financiación autonómica es una de las necesidades más acuciantes, que no da señales de que pueda ser resuelta de manera satisfactoria a corto plazo.