El Foro HI21 ha reunido a oncohematólogos para abordar los últimos avances. Se trata de avances que no sólo mejoran la calidad de vida, sino el pronóstico de estos pacientes cuando se trata de innovación disruptiva.
En algunas de éstas, como la Leucemia Linfocítica Crónica (LLC) o el Mieloma Múltiple (MM) lo avances en biología molecular permiten estudiar cómo progresan y se malignizan los tumores, y los mecanismos de resistencia, entre otros.
Los estudios moleculares sobre el origen de la enfermedad o sobre las mutaciones que emergen a lo largo del tiempo son la clave para desarrollar estrategias que frenen su génesis o progresión.
Los anticuerpos bioespecíficos, las terapias CAR-T o la inmunoterapia están ya muy cerca de ser nuevas alternativas que mejoran el pronóstico de estas enfermedades.
Técnicas de detección en MM
La evidencia demuestra el valor de la “enfermedad mínima residual (EMR)” como factor pronóstico. Y ya contamos con técnicas de detección y alta precisión. En el caso de MM las combinaciones son la clave para mejorar la supervivencia libre de progresión (SLP) y la supervivencia global (SG).
La incorporación de estos hallazgos a la práctica médica se hace a través de las guía terapéuticas europeas. Pero la MM es, en la mayoría de pacientes, una enfermedad incurable. En estos casos, retrasar lo más posible una recaída, con la mejor calidad de vida posible, es el objetivo terapéutico.
La llegada de nuevos tratamientos, como la inmunoterapia, es para los expertos y expertas un gran acontecimiento. Pero la eficacia de estos tratamientos, en general como de cualquier tratamiento, mejora en las fases tempranas de la enfermedad. Ahí es cuando mejor está el sistema inmunitario.
Leucemia Linfocítica Crónica (LLC)
En este caso el hallazgo de determinadas mutaciones en los pacientes es determinante para la respuesta a los tratamientos y el pronóstico de los pacientes con LLC.
La enfermedad mínima residual puede hacer que un tratamiento sea finito. Si la EMR es no detectable se asocia a una mejora de la SLP y a una mejor SG. La investigación avanza en oncohematología de la mano de un conocimiento cada vez más profundo de la biología molecular.
