| viernes, 08 de junio de 2018 h |

Cambio de gobierno. Cada vez que se produce este acontecimiento en España un halo de expectativas suele colmar las conciencias de la ciudadanía. Si, además, la alternativa llega tras una censura del Ejecutivo anterior las esperanzas de que se aprueben normativas que se creían imposibles se duplican. Sin embargo, esta embriaguez es el peor de los enemigos de los gestores cuando comprueban que las cosas de palacio van despacio.

Carmen Montón es una de las personas que más personalidad e ideología ha puesto al servicio de su gestión en las responsabilidades de la salud valenciana. Por coherencia, se espera que medidas como la universalidad en la asistencia sanitaria o la supresión de los copagos regresen al ordenamiento legislativo. Son, además, medidas que tienen un encaje perfecto en una legislatura a contrarreloj —Pedro Sánchez asegura que no agotará la legislatura y convocará elecciones— pues necesita de titulares de cara a los siguientes comicios.

Pero pongamos los pies en la tierra. Estas medidas, que se puedan desarrollar mediante Real Decreto-ley, deben ser refrendadas antes o después en el Parlamento y ahí se vivirá una lucha titánica de partidos políticos buscando que sus decisiones contenten a su electorado potencial. Además, y para conseguir que una gestión no esté atada de pies y manos por la dependencia de titulares, hay otras medidas que no deben acabar en frustración. Decía Montón en una de sus primeras declaraciones como ministra que su papel estaría ligado a la recuperación de derechos. Esa afirmación no puede relegar al ostracismo a los profesionales sanitarios que han aguantado la crisis de manera estoica consiguiendo que el sistema nacional de salud no se desmoronase como un castillo de naipes.

Tampoco debe la ministra olvidar las medidas que se cuecen a fuego lento. La lucha contra las resistencias a los antibióticos, el abordaje de la cronicidad o la apuesta por la innovación terapéutica son problemas que acechan al sistema y que requieren un trabajo que no es amigo de los rotativos. Pero antes que todo lo descrito, Montón debe descolgar el teléfono y llamar a Montero. La financiación suficiente es la piedra angular de todas las iniciativas a concretar. Ambas son médicas y son conscientes de la necesidad de mejorar el suelo económico de la sanidad.