Históricamente en nuestra democracia las Proposiciones No de Ley se han usado para mostrar la debilidad de un Gobierno que no disfrutaba de mayoría absoluta. Era una especie de aviso a navegantes donde el Ejecutivo tomaba nota de que necesitaba reforzar su papel negociador de cara a batallas más cruciales, pero poco importaba el fondo del debate. La razón no es otra que estas decisiones del poder legislativo no son vinculantes. Sin embargo, la llegada de nuevos partidos al Hemiciclo evidencia un cambio de ciclo. Se pueden seguir haciendo oídos sordos pero las consecuencias pueden ser desastrosas y si no, que le pregunten a Mariano Rajoy.
El Gobierno que ha conformado Pedro Sánchez necesita apoyos parlamentarios continuos. La debilidad de la que se habla tiene un antídoto: el consenso continuo y no tramitar de espaldas al Congreso. La ministra de Sanidad es consciente de ello y lo dejó escrito en el diario de sesiones durante su comparecencia: “Quiero trabajar estrechamente con ustedes. Tengo un profundo respeto por el trabajo que se realiza aquí”, dijo. Montón es consciente de que si ningunea a los grupos parlamentarios de la Cámara Baja sus iniciativas caerán en saco roto. La primera prueba será en septiembre cuando se convalide el futuro Real Decreto sobre universalidad.
Para contentar al Congreso lo primero es sacar adelante las Proposiciones No de Ley que salen aprobadas de las Comisiones. Una de las más repetidas es el reconocimiento de algunas especialidades, como urgencias, emergencias o infecciosas. En ellas, se insta al Ministerio a que de salida a estas demandas a través de la Comisión de Recursos Humanos del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Y es aquí donde comienza la segunda etapa que tiene que coronar Carmen Montón.
Muchas consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas, como la que ella rigió hasta hace poco más de un mes, señalaban en los cónclaves la necesidad de reconocer estas especialidades. La última que se ha conocido es la posición favorable de Madrid. “Somos favorables a que se cree la especialidad de infecciosas”, ha asegurado en una entrevista que ofrecerá en exclusiva la Revista Española de Economía de la Salud.
Ahora toca esperar que la palabra dada se cumpla. Si la ministra quiere sacar adelante su agenda es presumible que las especialidades se consumen.