| viernes, 14 de diciembre de 2018 h |

No se trata de actuar igual que Pedro, el del cuento del lobo, y alarmar al personal, pero que las nuevas tecnologías y la digitalización no se encuentren en el top-3 de las prioridades de la cadena de suministro del sector sanitario español es algo que no debería pasar desapercibido, y que debería generar muchas preguntas.

La más obvia, sin duda, es la de cómo es posible que el sector que más gasto genera en España, el que aglutina la mayor parte de los presupuestos autonómicos y que sustenta una buena parte del empleo y de la productividad industrial, un sector en el que la innovación es ley, pueda mantener un punto de vista tan conservador en un asunto como éste, ya no tanto por la futura entrada de Amazon y otros operadores digitales en el sistema, sino por una cuestión de pura supervivencia.

Las nuevas tecnologías y la digitalización no son una opción. Y está claro que España ha hecho un buen trabajo hasta la fecha. Pero siempre se puede mejorar y estamos en un momento especialmente delicado que debe llevar a preguntarnos si estamos utilizando correctamente todas las posibilidades a nuestro alcance.

Una de las razones que se ofrecieron en la sede de Aecoc para responder al llamativo dato que ofrece su estudio Visionando la cadena de suministro del sector sanitario 2025 es la politización de la sanidad. En efecto, mientras exista rédito político será difícil avanzar en muchos aspectos. O al menos será difícil avanzar a la velocidad que sería deseable. Qué duda cabe que vivimos un momento de especial politización en el sistema. Pero si hablamos de digitalización y de nuevas tecnologías, la colaboración público-privada es algo más que necesario. Es imprescindible y va en línea con otra de las conclusiones que arroja el estudio de Aecoc: flaco favor nos haremos si permitimos que la cooperación siga siendo una asignatura pendiente en el sistema.

Si hablamos de nuevas tecnologías y digitalización, la colaboración público-privada es algo más que necesario