En el Día Mundial del Cáncer los expertos alertan de la necesidad de potenciar la investigación para que España no se quede atrás.
| 2019-02-01T12:19:00+01:00 h |

Decía Michael Bishop, Premio Nobel en Fisiología y Medicina y uno de los científicos más importantes en el estudio del cáncer, que no conocía ningún avance en medicina que no hubiese sido iniciado en investigación básica. Esta reflexión, que puede parecer muy obvia para la mayoría de investigadores de nuestro país, parece no serlo tanto cuando se observan año tras años los presupuestos generales y lo que se destina a potenciar la investigación en este campo. Xosé Bustelo, presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica), tiene esta frase grabada en su mente y, de hecho, no duda en sacarla a relucir cuando reflexiona sobre el futuro de la I+D oncológica en España. El también coordinador del Programa de Mecanismos de Progresión Tumoral del Ciberonc sabe que España se está quedando atrás en un campo crucial que, además de su trascendencia para avanzar en la supervivencia de cientos de miles de pacientes oncológicos, puede suponer todo un impulso económico para el país. Solo hace falta echar un vistazo a las grandes potencias económicas mundiales para darse cuenta de que éstas han llegado a donde están gracias a la puesta en marcha de grandes estrategias en el campo de la investigación.

En materia oncológica son numerosos los retos a abordar y muy pocos los fondos de los que se disponen. Cierto es que la industria farmacéutica juega un papel crucial en el avance en este campo — el 80 por ciento de los ensayos clínicos en oncología son promovidos por compañías— pero hay investigaciones que debe promover el Estado. Establecer un buen portfolio de biomarcadores, avanzar en el arsenal terapéutico o profundizar en la aplicación de las tan famosas terapias CAR-T son sólo algunos de los retos que se marcan los investigadores oncológicos en estos momentos. Otro, y seguramente más polémico, es el del precio de los medicamentos. La OMS pone el foco en este asunto; pero no es la única. En los últimos meses son numerosos los organismos que llaman a adoptar estrategias que puedan ayudar a mejorar el acceso a estos tratamientos. La mayoría mencionan siempre el pago por resultado. La clave está en cómo establecer la coste-efectividad de una innovación. El Ministerio apuesta por Valtermed pero queda saber el cuándo, el qué y, sobre todo, el cómo.

España se está quedando atrás en un campo crucial para los pacientes y para la economía