José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 26 de mayo de 2017 h |

El reciente Congreso de la Sociedad Española de Reumatología (SER) ha permitido poner de manifiesto un problema al que, según los expertos, no se le está prestando la suficiente atención: el riesgo cardiovascular (CV) incrementado en los pacientes con gota.

Como explicó Enrique Calvo, reumatólogo en el Hospital de Madrid Norte– Sanchinarro, “desde hace años se es consciente de que los pacientes con lupus o con artrititis reumatoide presentan más placas de colesterol, pero no se le está dando la misma importancia a este problema en la gota, una patología mucho más prevalente ya que afecta al 1 por ciento de la población española”. Como señaló Calvo, sólo hay “seis o siete artículos internacionales sobre este tema”. En el congreso, se han comentado los resultados de un estudio realizado por expertos del Hospital General Universitario de Alicante. En este trabajo, los expertos han realizado un escáner de las arterias del corazón a pacientes que habían sufrido una angina de pecho pero que no habían sido diagnosticados con gota. Y evaluaron la presencia de cristales en las articulaciones y realizaron analíticas de ácido úrico. Observaron que en estos pacientes, casi la mitad de ellos presentaba niveles elevados de ácido úrico y que (13 de los 74 pacientes tenían además cristales en las articulaciones, es decir, gota.

Por su parte, Calvo comentó los datos preliminares de su tesis doctoral, un estudio que se publicará próximamente y en el que han participado 150 pacientes. En este trabajo se ha explorado la presencia de placas de colesterol en pacientes que ya habían sido diagnosticados con gota. “Hemos realizado un estudio muy completo con analíticas y parámetros cardiovasculares, presión arterial, frecuencia cardiaca, perímetro abdominal, antecedentes familiares de riesgo cardiovascular, electrocardiograma, ecocardiograma, ecografía doppler de las carótidas, vasodilatación mediada por flujo para ver el estado periférico del lecho arterial, e índice tobillo-brazo”. Los dos principales datos derivados de este estudio, comentó Calvo, son que “hasta un 50 por ciento de los pacientes tienen alteraciones en el electrocardiograma y el ecocardiograma, y prácticamente el 40 por ciento también presentan placas de colesterol”.

Este experto puso el énfasis tanto en los resultado de su tesis doctoral como en el estudio del grupo de Alicente. “Si hasta un 40 por ciento de los pacientes tienen placas de colesterol y no lo saben, se trata de un riesgo muy importante, porque pueden sufrir un infarto cerebral o una angina de pecho”.

Calvo reclamó, por tanto, que los profesionales sanitarios especializados, pero también los profesionales de atención primaria, “sean más conscientes de que el riesgo cardiovascular está incrementado en los pacientes que sufren gota. Este riesgo es muy similar al que se conoce en otras artropatías inflamatorias, como la artritis psoriásica, el lupus o la artritis reumatoide”.

Bacterias, ¿la terapia del futuro?

¿Sería posible emplear bacterias sintéticas para modular el sistema inmune y combatir multitud de enfermedades, entre ellas, las patologías reumáticas? Este ha sido el tema de la conferencia magistral impartida por José Carlos Gutiérrez, médico y director general de la empresa Synlogic. Este experto señaló que su compañía “elabora bióticos sintéticos a partir de probióticos ya comercializados que a su vez derivan de bacterias de la flora intestinal”. Como comentó Gutiérrez, empleando tecnología de biología sintética, “estas bacterias incorporan sensores que pueden detectar si hay inflamación, hipoxia, estrés oxidativo… Si detectan un cambio de este tipo, se activa un circuito genético que se ha introducido y que, por ejemplo, elimina un metabolito que es nocivo o genera una cascada metabólica positiva”.

Este tipo de abordaje ya se ha probado con éxito in vitro y en modelos animales en patologías metabólicas del ciclo de la urea y la semana que viene se iniciará el primer ensayo clínico en seres humanos.

Según Gutiérrez, esta tipo de terapia podría ser útil en las enfermedades reumáticas. “También estamos trabajando en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, que nos sirven como modelo para demostrar si estas bacterias pueden ser inmunomoduladoras —explicó este experto—. Hemos diseñado una bacteria que produce elevadas cantidades de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato. Este tipo de mediadores son inmunomoduladores muy potentes, ya que incrementan las células T reguladoras. Si se certifica este efecto, estas bacterias podrían ser eficaces en patologías reumatológicas, ya que en ellas está alterado el sistema inmune”.

EL DATO

Otro de los temas destacados del congreso ha sido el del envejecimiento de la población, que, según los expertos, exige un mayor esfuerzo en la asistencia reumatológica. Casi 11 millones de personas padecen alguna enfermedad reumática en España, una cifra que podría aumentar significativamente en los próximos años si se tiene en cuenta el envejecimiento de la población, ya que a partir de cierta edad aumentan los pacientes con enfermedades crónicas. En este sentido los especialistas denuncian que “el escaso número de reumatólogos y la mayor carga asistencial supone un gran esfuerzo por parte de los sanitarios para mantener y mejorar la calidad asistencial de los pacientes”, ha apuntado Olga Maíz, presidenta de la Sociedad Reumatológica de Euskadi durante la rueda de prensa del XLIII Congreso de la Sociedad Española de Reumatología (SER). Además del descubrimiento de nuevos mecanismos de la inflamación, Eduardo Úcar, presidente del Comité Local del Congreso, ha remarcado que “la toma de conciencia de los factores que influyen en el empeoramiento de las enfermedades reumáticas, como son el tabaco, la hipertensión arterial o la hiperlipemia es fundamental para el devenir de estas patologías”.