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La farmacia y su papel en el sistema sanitario está en boca de muchos partidos, desde el PP hasta C’s, Podemos o Vox, y los socialistas, que presentaron su programa sanitario. Pero las intenciones son una cosa, y que se esté llevando a cabo es otra. Al menos, que la farmacia comunitaria avance con medidas y marcos legales adecuados. La Farmacia sigue ausente de los planes ministeriales con independencia de los distintos Gobiernos de diferente signo político de los últimos años. La constatación es ahora noticia a juzgar por el documento de 37 páginas del Marco Estratégico para la Reforma de la Atención Primaria, aprobado recientemente por los consejeros socialistas y la consejera del Gobierno del PNV en País Vasco. Poco importa que los consejeros populares no apoyaran dicho documento; no fue por la ausencia de la farmacia del mismo. In extremis, la visión de Semergen y su presidente, José Luis Llisterri, que solicitó oficialmente la presencia de SEFAC tras el primer grupo de trabajo en el que no había presencia de la farmacia comunitaria. Como resultado, una sóla mención a los “protocolos de colaboración entre equipos de AP y la famacia comunitaria”, y poco más.
Precisamente, son muchas las iniciativas asistenciales que ya se llevan a cabo desde las farmacias en distintas CC.AA., incluyendo cribados, seguimiento farmacoterapéutico o distintas modalidades de atención farmacéutica…ni una mención. Mientras tanto, el despiste de las intituciones farmacéuticas sólo es comparable a la cruda realidad de la desconexión entre algunos de sus representantes y los problemas de las boticas, que siguen presionadas por las cuestiones fiscales (exceso de pagos por RD5/2000 y sucesivos), la salida de los medicamentos DH de la botica o la propia supervivencia de las farmacias en entornos rurales o periféricos.