La hoja de ruta de acceso a medicamentos y vacunas aprobada en la 72ª Asamblea Mundial de la Salud ofrece una gran oportunidad para abordar las necesidades de los pacientes en todo el mundo, en línea con el tecer Objetivo de Desarrollo Sostenible. Es de agradecer el énfasis que la OMS ha puesto en acciones para cuya implementación es imprescindible tener un buen maestro de orquesta, una mente clara y un enfoque pragmático y abierto a la colaboración. No puede decirse que este enfoque sea el que esté primando en el área de los precios.
Los firmantes de la iniciativa de transparencia en precios y costes de I+D impulsada por Italia —con el apoyo de España, entre otros países— reconocen que la mejora del acceso a medicamentos y a otras tecnologías es un reto multidimensional que requiere de acción y conocimientos adecuados en toda la cadena del medicamento, desde la I+D hasta la regulación, la cadena de suministro y el uso de los medicamentos. Sin embargo, las medidas propuestas sólo inciden en una diana: la industria farmacéutica.
Tal es así que, el 20 de mayo, el mismo día que esta resolución presentaba su último borrador, y coincidiendo con el inicio de la 72ª Asamblea Mundial de la Salud, España y otras 15 delegaciones decidieron aumentar la presión para recabar apoyos con la organización de un side-event de transparencia. El éxito fue total. Prueba de ello fueron una sala abarrotada y un hilo en Twitter que, bajo el hashtag TransparencyResolution, se permitió el lujo de incluir memes que comparan el sistema farmacéutico con Juego de Tronos. Blanco y negro. Buenos contra malos. Nada más que simplificación y polarización, cuando lo que necesita el sistema farmacéutico para mejorar es encontrar los grises.
Una hoja de ruta sobre precios no debe tener un enfoque estrecho, y ésta lo tiene. Es ambiciosa, sí, pero no se debe confundir la ambición con la corrección. El debate necesita salir de la industria y alcanzar a mejores y más sostenibles políticas de financiación. Queda mucho por recorrer para trasladar las consecuencias que una transparencia de precios puede tener sobre la capacidad de las empresas para ofrecer precios diferenciales a los países. El sector privado es un aliado necesario del sector público. Si no se parte de esa base, no habrá solución exitosa para nadie.
Una hoja de ruta sobre precios no debe tener un enfoque estrecho, y la llevada por Italia a la mesa de la OMS lo tiene