| viernes, 19 de octubre de 2018 h |

El cáncer de mama es uno de los de mayor supervivencia en Europa, con un 81,8 por ciento en mujeres. En España, la mortalidad por cáncer de mama se ha reducido en un 4 por ciento en sólo 15 años. Unas cifras que no son casuales y que responden a los esfuerzos realizados en materia de investigación que se han traducido en la llegada de innovaciones que han supuesto un antes y un después en el abordaje de esta patología. La incorporación de fármacos cada vez más precisos y nuevas técnicas diagnósticas hacen que el cáncer de mama se convierta en uno de los tumores con mejor pronóstico cuando se aborda en fases tempranas.

Aquí la industria farmacéutica tiene un papel protagonista. De hecho, el cáncer de mama es una de las enfermedades que engloba mayores esfuerzos en materia de I+D por parte de las compañías farmacéuticas, que tienen en distintas fases de investigación clínica un total de 169 nuevos medicamentos a escala global contra este tumor. Sólo en España se han registrado, en los últimos cinco años, un total de 195 ensayos clínicos centrados en esta enfermedad.

Pero estas investigaciones presentan procesos largos y, sobre todo, costosos. Sólo en torno al 12 por ciento de los fármacos que llegan a la fase de investigación clínica acaban siendo autorizados por las agencias reguladoras. Y los que llegan, lo hacen entre 10 y 15 años después del inicio de los primeros estudios. A esto se suma el alto coste, estimado en 2.400 millones de euros por molécula desarrollada.

Por ello, hoy más que nunca, es necesario poner el foco en el valor y en los beneficios de unas investigaciones que tienen un objetivo claro: curar. Y no hay mejor forma de valorar este trabajo que facilitando que estos fármacos lleguen a los pacientes porque el acceso es la mejor herramienta para que cada año podamos hablar de más supervivencia y más calidad de vida.

El cáncer de mama es una de las enfermedades con mayores esfuerzos en materia de I+D por parte de la industria farmacéutica