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Limitaciones presupuestarias y distintos estamentos, factores que afectan a su diseño en 2020
Son dos de las personas que mejor perspectiva tienen sobre el desarrollo y puesta en marcha de un plan de cáncer en España. El Prof. Eduardo Díaz-Rubio, que coordinó en 2003 el embrión de la primera Estrategia, y el Dr. José Martínez-Olmos, con una de las trayectorias en política sanitaria más amplia, como secretario general de Sanidad del Ministerio antes de pasar a las portavocías en Congreso y Senado, entre otros cargos. Martínez-Olmos, impulsó recientemente la Ponencia de Medicina Genómica que se presentó en Febrero de 2019 y que “sigue plenamente vigente”, asegura. Para Martínez Olmos “sería un desastre perder un año sin un plan de cáncer”. La epidemiología arroja 250.000 nuevos casos de cáncer al año en España, asegura. Eso lo convierte en una prioridad, pero existen limitaciones presupuestarias que complican la decisión, compartida con distintos estamentos, afirma Martínez-Olmos. Así, los ministerios de Industria, de Sanidad y de Hacienda tienen mucho que decir a la hora de asignar recursos a un plan de cáncer, si fuera el caso. Para Díaz-Rubio, la situación actual de partida recuerda a la que se vivió en 2003, pero ahora con una base más sólida de conocimiento, ya que se ha avanzado mucho, aclara.
Redefiniendo necesidades.
La aportación de la investigación, la aparición de nuevos marcadores tumorales o el trabajo en red redefinen el abordaje del cáncer de forma permanente. Diaz-Rubio hace mención a la investigación en red como la forma de alcanzar un número de pacientes que proporcione experiencia en ciertos tumores poco frecuentes, una tendencia que se acentúa con nuevos hallazgos. Un nuevo Plan debe abordar aspectos que ahora se resuelven en algunas CC.AA. y que pueden provocar inequidades y desigualdad, coincidiendo en este aspecto Martínez-Olmos y Diaz-Rubio. Para el oncólogo la emergencia de nuevos profesionales (estadísticos, biólogos moleculares, informáticos, etc) muestra la nueva cara del cáncer y su multidisciplinariedad. Esto significa utilizar estrategias de Big Data o compartir historias clínicas digitales, algo que es ya una necesidad y no se vislumbra de manera clara, aclara Díaz-Rubio. La Investigación y la asistencia sanitaria son un binomio inseparable en oncología, y esto debe ser recogido de manera adecuada en un plan, continúa el oncólogo.
¿Habrá Plan en 2020?
Ambos ponentes alabaron la iniciativa de la Ponencia de Medicina Genómica del Senado, en la que muchos de los expertos más relevantes de nuestro país explicaron sus visiones. Pero ahora hay que pasar a una nueva fase y avanzar, coinciden ambos ponentes. Para Diaz-Rubio el modelo a imitar es la ONT. Díaz-Rubio responde a la pregunta de si la falta de un Plan puede estar detrás de los peores resultados de supervivencia de España en cáncer de mama, próstata, colorrectal, pulmón y melanoma que muestra el estudio EUROCARE-5: “debe ser tomado con precaución a la hora de sacar conclusiones sobre la supervivencia de los pacientes” alerta. “Estamos en la media de Europa”, destaca el especialista.
A la pregunta, en un ejercicio de ficción, que si dentro de un año no se ha avanzado en un Plan, qué razones creen que serían la causa, responde Diaz-Rubio con una cierta autocrítica: “sería una responsabilidad de las sociedades científicas, pero también de los pacientes”, ya que ninguno habría sabido trasladar la urgencia y necesidad a los decisores, concluye el oncólogo. Para Martínez-Olmos la responsabilidad de un fracaso así sería de todos; lógicamente habría más responsabilidad por parte de las autoridades sanitarias pero sin duda también de organizaciones profesionales y sociedades científicas o de las organizaciones de pacientes. Porque todos los agentes indicados tienen responsabilidad para mejorar la asistencia oncológica.