Hacienda ya había puesto el foco en las transferencias de valor mucho antes de la decisión de Farmaindustria de hacer públicas esas ayudas a la formación
| 2017-05-26T13:50:00+02:00 h |

Confundir o intentar desviar el foco de lo verdaderamente importante no es el camino más adecuado o más honesto para conseguir un fin. Intentar confundir, también. De ahí que en el caso de la tributación de las transferencias de valor de la industria farmacéutica a los profesionales sanitario, lo más sensato es continuar por el camino de la transparencia, hablar con claridad, sin confundir y con los datos correctos. Intentar señalar a Farmaindustria como la causante de que los médicos no vayan a recibir formación o de que vayan a ser gravados fiscalmente por acudir a congresos o cursos es no conocer la realidad. Y esa realidad no es otra que Hacienda ya había puesto el foco en este asunto incluso antes que Farmaindustra decidiera emprender el camino de la transparencia en el asunto de las transferencias de valor. Por lo que no es una idea

Las implicaciones de la decisión de la AEAT de considerar retribución en especie los gastaos abonados por las compañías para la asistencia a congresos y conferencias son demasiado importantes como para perderse en acusar a nadie de nada. En un momento en el que todos los implicados están de acuerdo en que eso no es así, es importante defender el mismo argumento y recalcar que la importancia de la formación está por encima del afán recaudatorio. Y que si las diferentes administraciones públicas no son capaces de asegurar esa formación reconocida por ley, es el momento de dejar claro que si se asume por las compañías farmacéuticas y otros fabricantes y distribuidores de productos sanitarios, ésta tiene que seguir considerándose exenta de tributación.

España presume de ser una potencia en investigación, del número de ensayos clínicos y de la excelente formación y desempeño de sus profesionales sanitarios, pero tiene que ser consciente de que eso puede cambiar si finalmente no se llega a una solución satisfactoria para todos al respecto y se hace de forma clara y urgente. Casi todos los profesionales lo entienden así, la industria lo entiende así y los grupos políticos en el Congreso de los Diputados están alineados y apuestan por mantener fuera de tributación las transferencias de valor. Es por tanto, el escenario perfecto para afrontar este asunto ante Hacienda y hacerlo con los argumentos claramente definidos.