¿Cómo combinar la gestión sanitaria de la inversión, y acceso, a innovaciones tecnológicas y terapéuticas? Esa es la pregunta a la que Antares Consulting (con la participación de reconocidos expertos) quiso dar respuesta organizando una jornada el pasado 31 de enero en Madrid, la cual sirvió asimismo para conmemorar su vigésimo aniversario.
Como introducción a la intervención de los expertos, Joan Barrubés, miembro de Antares Consulting, recordaba en la conferencia inaugural que la innovación se ‘auto-financia’ por sí sola, y enumeró varias propuestas para implantar una mayor “cultura de la innovación” en el sistema sanitario nacional. Entre ellas: continuar con el esfuerzo por mejorar los instrumentos de evaluación (coste-eficacia); aprender a medir su valor; liberar las rigideces existentes en la gestión de organizaciones y estructuras; y fijar objetivos de inversión mediante “la fijación de presupuestos mínimos para innovación”.
Posteriormente, Félix Lobo, experto en Economía y otrora director general de Farmacia del Ministerio y director de la Agencia de Seguridad Alimentaria (Aesan), recordó que la importante deuda pública que acumula España también afecta a la vulnerabilidad de la economía nacional y, por ende, a la inversión en innovación. “Si no mantenemos el crecimiento económico, es imposible incorporar la innovación”, cree. Este experto también señala la importancia de la evaluación y reevaluación por parte los poderes públicos, las cuales “no deben ser vistas como barreras de acceso, sino de ayuda” para incorporar la innovación.
En este objetivo, Lobo ensalza entidades como el NICE británico creadas por la propia Administración para liderar estas evaluaciones y que, en España, y salvando las evidentes diferencias, solo tiene comparación en la Red de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. No obstante, esta Red “es insuficiente y no tiene capacidad vinculante”, lamenta Lobo.
El actual profesor emérito de Economía de la Universidad Carlos III también se refirió a la vía que suponen los acuerdos de riesgo compartido para dar entrada a los medicamentos innovadores. “Son acuerdos que equilibran la balanza de riesgos contractual entre comprador y vendedor. Si bien no se trata de la panacea absoluta y tienen un alcance limitado, así como cierta falta de transparencia, sí es una herramienta positiva”, valora.
Su compañero en esta mesa de debate, Federico Plaza, director de Corporate Affairs de Roche, añadió que para optimizar estos acuerdos de riesgo compartido y que sean más justos “debe establecerse un consenso sobre qué valorar y cómo interpretarlo”. A su parecer “la financiación de las innovaciones (medicamentos) basada en valor solo será útil si hay consenso en la medición e interpretación de los resultados en salud”.
Nuevos modelos de financiación
El representante de Roche recordó que el acceso a la innovación exige buscar fórmulas de financiación “que sean sostenibles tanto para el fabricante como para el comprador (Administración)”.
En este campo, expuso que España —extrapolable al resto de Estados— se enfrenta a un reto inminente: cómo gestionar la financiación de combinaciones. “En los próximos años van a llegar más de 200 combinaciones en inmunoterapia para el campo de la Oncología. ¿Cómo se van a gestionar las condiciones de precio y financiación para cada indicación?”, cuestiona.
En este sentido, desde la compañía Roche se apuesta por desterrar el modelo basado en un precio único para todas las indicaciones de un producto y “avanzar” hacia un modelo de precio y financiación “basado en el valor”. Un modelo de financiación que permitiría diversas alternativas: por indicación, por combinación y por resultados”, pone como ejemplos su director de Corporate Affairs.