Con la calma que supone saber que “todavía hay tiempo” hasta la llegada de febrero de 2019, pero siendo conscientes de que no conviene dormirse en los laurles y “es posible acelerar el paso”. Así es como se valora desde la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria —en palabras de su presidente, Miguel Ángel Calleja— el estado de la aplicación de la verificación e identificación de medicamentos en el ámbito hospitalario para cumplir con lo estipulado en la Directiva Antifalsificación, como así se debe hacer lo propio en el canal de oficinas de farmacia.
En este sentido, la implantación de la verificación en las farmacias nacionales sí presenta un cronograma más o menos claro —a falta de que el paso del tiempo cumpla los pronósticos— que pasaría por empezar los primeros pilotajes en el útlimo tramo de 2017 para ir progresivamente integrando este sistema con la vista puesta en octubre de 2018, donde se espera tener todo listo para disponer de esos últimos meses (hasta febrero de 2019) como ‘colchón’ para terminar de pulir detalles o problemas que surjan.
Todo lo contrario ocurre en el ámbito hospitalario, el cual es ‘señalado’ por los organismos internacionales (EMVO) y nacionales (Sevem) como la principal amenaza y preocupación de cara a cumplir con los plazos fijados por Bruselas. Incluso, determinadas comunidades autónomas —que son las que deben llevar el protagonismo de este proceso— ya han manifestado oficialmente que se encuentran muy retrasadas en esta materia y que no podrán cumplir con los tiempos marcados por la Unión Europea, tal y como ha explicado la vicepresidenta del EMVO, Sonía Ruiz, en sus últimas participaciones en foros profesionales.
“Somos conscientes de que la aplicación de la verificación en el entorno hospitalario es un reto difícil para el cual aún estamos pendientes de decidir cómo llevarlo a cabo”, reconoció en concreto Ruiz en el 58º encuentro anual del GIRP celebrado a finales de mayo en Madrid.
Esperando acontecimientos
Desde la SEFH se encuentran “a la espera de acontecimientos” en forma de movimientos de las Administraciones regionales a la par que reiteran la “total disponibilidad y disposición” para colaborar, recuerda su presidente.
En este sentido, Calleja reconoce que “los sistemas de información dependen de las CC.AA y queda mucho camino por recorrer”. Por ello, apunta que “se debe llevar un mejor ritmo”, aunque se mantiene optimista de “llegar a tiempo”. Respecto al trabajo por hacer en los servicios de Farmacia Hospitalaria, el presidente de la SEFH indica que “tendremos que introducir los sistemas para dar de baja los medicamentos, pero no creo que conlleve mayor dificultad”.
Asimismo, desde la SEFH se sugiere aprovechar esta obligación que tiene la cadena del medicamento en España de implantar la verificación para “ir un paso más allá” del embalaje secundario y apostar por la impresión del código bidimensional en las dosis sanitarias. Así lo defendió en primera instancia Javier García Pellicer, tesorero de la sociedad, en un foro organizado por Sedisa el pasado 7 de julio en Salamanca. Gracias a esta medida “se podrían verificar los medicamentos en el momento de la administración a todos los pacientes, y no solo en atención especializada, sino en cualquier otro ámbito asistencial, incluido el propio domicilio”, apuntó.
Su presidente también respalda esta idea. “Es una oportunidad importante de mejorar no solo la identificación del medicamento sino su completa trazabilidad”, expone Calleja a EG.