Carlos B. Rodríguez Madrid | jueves, 05 de diciembre de 2019 h |

Días después de haber adoptado una resolución llamando a la acción ante la emergencia climática y medioambiental, la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo (ENVI) ha comenzado el abordaje de otro de los puntos calientes del debate de la sostenibilidad ambiental.

Casualmente, el primer acercamiento de ENVI en relación a la enfoque estratégico propuesto por la Comisión Europea en materia de productos farmacéuticos en el medio ambiente ha coincidido, no sólo con el inicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), sino con el estreno de la Comisión Von der Leyen, que sitúa entre sus prioridades el alcanzar un nuevo ‘Pacto verde’ y el objetivo de 0 contaminación. Pero no puede decirse que las posiciones en este punto estén muy alineadas. Desde la perspectiva del Parlamento, la propuesta de la Comisión es demasiado ‘ligera’ y debe endurecerse en sus términos y en sus objetivos.

La comunicación de la Comisión, adoptada el 11 de marzo de 2019, plantea seis ámbitos de actuación: lograr una mayor concienciación y promover un uso prudente de los medicamentos; respaldar el desarrollo de medicamentos intrínsecamente menos perjudiciales para el medio ambiente y promover procesos de fabricación más respetuosos; mejorar la evaluación de riesgos para el medio ambiente y su revisión; reducir la cantidad de residuos y mejorar su gestión; ampliar el seguimiento del medio ambiente y suplir otras lagunas de conocimiento.

Pero estas seis patas resultan insuficientes, según el primer análisis de ENVI. “Se necesitan más”, aseguró Cristian Silviu Bușoi, ponente del grupo popular. “Está claro que en algunos ámbitos es preciso adaptar la legislación”, añadió.

Compromisos serios

La Comisión ENVI quiere favorecer que esto ocurra y para ello, además de una resolución que se debatirá en la cámara durante el mes de enero, ha preparado cuatro preguntas con las que pretende cubrir algunas de las lagunas que, a su juicio, deja la propuesta de la Comisión.

Dos de ellas van dirigidas a la propia Comisión, y hacen referencia a qué medidas legislativas y no legislativas propone adoptar para reducir los riesgos ligados a la presencia de productos farmacéuticos en el medio ambiente y cuál es el calendario previsto de acción.

Las otras dos, dirigidas al Consejo de la UE, preguntan cuál será la posición de este órgano en relación con el enfoque estratégico y las actuaciones que propone la Comisión y cuáles de las medidas —legislativas y no legislativas— respaldaría el Consejo para reducir los riesgos ligados a la presencia de productos farmacéuticos en el medio ambiente.

El objetivo de estas interpelaciones, aclaró Bușoi, es arrancar “compromisos serios” en la materia, tanto de la Comisión como de los Estados miembro. Casi todos los ponentes de ENVI opinan igual. “No es demasiado tarde para tomar medidas”, apuntó Michèle Rivasi, de Los Verdes, que apuntó tres ámbitos en los que a su juicio es preciso endurecer la propuesta.

El primero pasaría por exigir la valoración de los riesgos medioambientales en los procesos de autorización, algo que ocurre con los fármacos de uso veterinario, pero no con los de uso humano. El segundo tendría que ver con la evaluación de riesgos medioambientales de los 3.000 ingredientes farmacéuticos activos que hay en el mercado. Esta evaluación solo se exige desde 2006. Según Rivasi, habría que evaluar también los anteriores a ese año. El tercero vendría a exigir a la Comisión que tome medidas para que las mismas normas que se apliquen en la UE se apliquen también a los medicamentos importados.

La clave del acceso

Algunas de las medidas propuestas por el Parlamento podrían tener implicaciones importantes para el sector y las compañías farmacéuticas.

La Comisión Europea es consciente de ello. Por eso, tal y como recordó a los eurodiputados una representante de la Dirección General de Medio Ambiente, uno de los principios fundamentales de la estrategia adoptada en marzo, y que también está incluido en la resolución inicial de los eurodiputados, “es que aquellos que necesitan un tratamiento específico tengan acceso a él”.

Es decir, la Comisión quiere gestionar de forma más sostenible los medicamentos, pero no quiere hacerlo a costa del acceso. Esto explica, precisamente, la diferencia que la valoración de riesgos ambientales tiene en las aprobaciones de medicamentos de uso humano sobre los veterinarios. La Comisión asegura, no obstante, que las compañías remiten evaluaciones de riesgo con medidas para reducir al mínimo la cantidad de productos liberados al medio ambiente.