Alberto Cornejo Madrid | miércoles, 15 de noviembre de 2017 h |

Ya lo ‘intentó’ en 2008 como miembro de la Comisión para la Liberalización del Crecimiento en Francia que elaboró el ‘Informe Attali’ que instaba expresamente a desregular el modelo farmacéutico galo. En 2014 volvió a la carga ya como ministro de Economía a través de la denominada Ley para la Actividad e Igualdad de Oportunidades, de cuyo texto final se ‘cayó’ la entrada de capital no profesional en la propiedad de farmacias que sí figuraba en su borrador inicial. Ahora, la farmacia francesa quizá tenga que salvar el nuevo envite ‘liberalizador’ del que actualmente es el Presidente de la República, Emmanuel Macron.

Dentro del constante espíritu liberalizador que le ha acompañado en sus diversos puestos de responsabilidad, el ahora presidente de Francia ha encargado al Ministerio de Economía que trabaje en un proyecto de ley para “transformar la economía francesa” a través, entre otras medidas, de la desregulación de ciertos sectores profesionales, según publican medios nacionales como Le Monde. Las intenciones pasarían por contar con un primer texto a lo largo del primer trimestre de 2018, para aprobar el texto definitivo en la primavera del próximo año. En este sentido, actualmente ya se están produciendo reuniones interministeriales para discutir sobre este ‘encargo’ del Jefe de Estado francés.

Mientras, en la profesión farmacéutica gala han vuelto a saltar las alarmas. Si bien el constante deseo liberalizador de Enmanuel Macron no pilla por sorpresa, su condición de Presidente de la República otorga un plus de temeridad. Así las cosas, el sindicato farmacéutico galo USPO —que en este país ejercen responsabilidades de patronal— ya ha avisado de “riesgo de desregulación”. Por ello, la USPO ha anunciado que se mantendrá “extremadamente vigilante” y en “contacto permanente” con el Ministerio de Salud para defender la profesión.

En este sentido, este sindicato ha recordado que la reciente firma del nuevo concierto económico de las farmacias francesas con los aseguradoras públicas para el próximo trienio —que, tal como informó EG, incluye el pago de una tasa complementaria al margen comercial en cada dispensación, así como el abono de servicios— es la “mejor defensa” y permite afrontar “los nuevos desafíos” a los que puede someterse la farmacia con medidas liberalizadoras.

Esta amenaza se une a un reciente informe del Tribunal de Cuentas de Francia que, dentro de sus propuestas para la nueva Ley de Financiación de la Seguridad Social gala, ponía en solfa la farmacia regulada. En concreto, abogaba por reducir al 50 por ciento el mapa farmacéutico, y que a su vez se permita la entrada de capital no profesional, amén de acusar al Gobierno de “demasiado protector” con el sector.