Carlos B. Rodríguez Madrid | martes, 19 de febrero de 2019 h |

Recién anunciada la convocatoria de nuevas elecciones generales para el 28 de abril y a punto de que los partidos expongan en sus escaparates sus propuestas para el Sistema Nacional de Salud, ¿tiene cabida seguir hablando del Pacto de Estado por la Sanidad? Si algo dejó claro la segunda sesión del nuevo ciclo impulsado por Asedef en torno a este asunto, es que la respuesta a esa pregunta es un sí rotundo. Se puede, y se debe, seguir insistiendo en la importancia de un pacto, aunque su consecución hoy se atisbe más improbable que nunca. Para ello, será imprescindible que el consenso no descanse exclusivamente, como está ocurriendo hasta ahora, en las fuerzas políticas. Así lo reconocieron los portavoces de Sanidad de los tres mayores grupos del Congreso de los Diputados, y así lo reconoció, también, el viceconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fernando Prados, para quien “la perfección” de un pacto de estado debe residir en la participación protagonista de profesionales y ciudadanos, y contar entre sus pilares con un acuerdo en política farmacéutica.

Prados, uno de los encargados de inaugurar la segunda sesión del segundo ciclo de Asedef, que giró en torno a los Aspectos esenciales de la negociación parlamentaria para un pacto de sanidad efectivo, puso el ejemplo de la Comunidad de Madrid, que ha facilitado la participación de profesionales y usuarios de la sanidad gracias a la aprobación de la Ley de Buen Gobierno y Profesionalización de los Centros y Organizaciones Sanitarias del Servicio Madrileño de Salud. Recordó el viceconsejero que la región incluyó en su plan de gobierno la proposición de un pacto por la sanidad que fortaleciera la cohesión, la equidad y la sostenibilidad. Garantizar estos tres pilares, para Prados, “es tan fácil de hacer como difícil de alcanzar”. Si bien los dos primeros han avanzado estos años, la sostenibilidad se ha mostrado muy difícil de alcanzar. El motivo, indicó, es que no se trata de fenómenos —envejecimiento, cronicidad, coste de la innovación— que se puedan frenar y, por tanto, la respuesta no siempre es fácil de planificar. Hace falta, “un instrumento que permita controlar los incrementos del gasto”, según el viceconsejero de Sanidad de Madrid.

“Creo que la sostenibilidad va a precisar actuaciones decididas, consensuadas políticamente, para la introducción de la innovación. El consumo racional de los medicamentos o el uso de las urgencias deberían contar con procesos intensivos de información y con medidas concretas, consensuadas entre todos, en lugar de políticas basadas en el miedo electoral. Nada debe ir en contra de la equidad y la cohesión, pero garantizando la sostenibilidad. No debemos confundir eficiencia con los recortes, ni las nuevas formulas de gestión con privatizar la salud”, aseguró Prados, que por ello remarcó le rol que la industria debe jugar en este proceso. “La política farmacéutica debe ser uno de los pilares del pacto de estado”, resaltó. A añadió: “Resulta esencial incluir el análisis de resultados y medir los resultados en salud para poder hacer frente a la eficiencia en asignación de recursos”.