El Spending Review sobre el gasto farmacéutico de receta que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha elaborado por encargo del Gobierno ha dejado a su paso un gran número de recomendaciones y una gran preocupación en el sector farmacéutico, que considera que el término ‘eficiencia’ se utiliza ampliamente como sinónimo de ahorro, ignorando los resultados en salud. Esta preocupación es doble, puesto que AIReF tiene que analizar el gasto hospitalario durante este año. No obstantes, fuentes de este organismo han intentado lanzar un mensaje de tranquilidad al respecto, asegurando que esta perspectiva será muy tenida en cuenta en este estudio. “Si en algo tiene importancia ese análisis exhaustivo es en el proyecto de gasto hospitalario. Un medicamento que cure ahorra muchos gastos que no son en farmacia”, han declarado fuentes de la AIReF, que también se ha defendido de cualquier crítica economicista. “Me preocupa que sigamos hablando de 1.000 millones y que estamos pensando en ahorrar. La AIReF no está pensando en ahorrar, sino en que existe una restricción presupuestaria y que en la medida que seamos capaces de ser más eficientes nos permitirá tener mejores condiciones de salud en ese contexto de restricción presupuestaria”, han señalado las mismas fuentes.
En relación al estudio del gasto de receta, las mismas han reconocido que uno de los objetivos clave de todos los Spending Review ha sido intentar acotar el objeto del estudio. Una vez acotado, la idea ha sido intentar dar una visión global, en la que el foco no se fije sólo en una partida de gasto, sino que sea posible “ver el bosque correspondiente”. Al menos en el estudio de gasto de receta, la Autoridad Fiscal reconoce haber visto “una limitación” en este sentido. Y asegura que ese es precisamente el motivo por el cual no todas las recomendaciones incluidas han sido cuantificadas. Ponen como ejemplo la labor de seguimiento farmacoterapéutico en las farmacias. “Lógicamente va a tener un coste, pero también muchos ingresos asociados, de difícil medida. De hecho, hay un programa cuyos resultados sí han sido analizados por los colegios de farmacia, que lo han evaluado en torno a 2.300 millones potenciales de ahorro”, han señalado desde AIReF
Esta ‘limitación’ también se refiere a otra de las demandas más reiteradas desde el sector: la necesidad de no considerar el gasto farmacéutico como un silo, sin tener en cuenta que fluctúa en función de otros conceptos de inversión sanitaria, ajenos a la política farmacéutica. Preguntada al respecto sobre si, a la hora de comparar el gasto farmacéutico, tanto a nivel nacional como internacional, se han tenido en cuenta otros conceptos, como pueden ser la inversión en salud pública y prevención, que están directamente relacionados con un menor consumo de medicamentos, AIReF ha señalado que en la parte de farmacia se ha partido de la receta. “Normalmente, en los proyectos hablamos de estrategia, procedimiento, eficacia y eficiencia. Aquí, la parte de eficacia ha partido de que la receta del médico debe incorporar el conjunto de mejores prácticas”, han concluido las mismas fuentes.